¿A quien no le pasó que jugando con una pelota durante su infancia la “colgó” en el techo de un vecino?

Italia tiene una gran tradición futbolística, y como sucede en los países donde el más popular de los deportes genera tanta atracción, los niños y las niñas juegan “a la pelota” en cualquier lugar. Las plazas no son la excepción, y en los pueblos suele haber una iglesia junto a cada plaza.

Hace pocos días, en la ciudad italiana de Ascoli Piceno, a pocos kilómetros de Roma, una empresa que realizaba reparaciones en la iglesia de Santo Tomasso encontró sobre las tejas del techo un tesoro congelado en el tiempo: decenas de pelotas que habían caído en el techo y habían sido olvidadas ahí por los niños que no pudieron recuperarlas.

Así, se fueron acumulando durante décadas distintas generaciones de balones que ahora, ennegrecidos por el paso del tiempo, aparecieron todos juntos para maravillar a los obreros que dirigían las operaciones de refacción.

En una foto que circuló (de forma restringida primero en un grupo de Facebook de vecinos de la ciudad y luego ampliamente a partir de ser subida a Twiter) se observa la grúa utilizada por la empresa Noleggio rodeada por los balones que fueron “rescatados”, algunos de los cuales eran tan antiguos que se habían utilizado en la época del mundial 78.

¡Tal vez alguno de los niños que hace décadas perdió una pelota pudo al fin reencontrarse con el juguete perdido!