Supo retratar, con estilo propio, la vida en el campo. Sus obras se difundieron, en gran medida, gracias a los almanaques de la empresa Alpargatas. En esta nota, Billiken te cuenta más sobre este gran artista.
Argentina se caracteriza por ser cuna de grandes artistas. Uno de ellos fue Florencio Molina Campos, el pintor que supo retratar la vida en el campo y cuyas obras cautivaron a Walt Disney.
Nació el 21 de agosto de 1891. La familia solía pasar las vacaciones en una estancia cercana a la Costa Atlántica y ya a los nueve años comenzó a dibujar los primeros gauchos. El capataz de esa estancia se llamaba Tiléforo Areco y se convertiría, con el tiempo, en el protagonista de sus cuadros.
Sus primeros trabajos fueron con tintas, luego acuarelas y pastel para encontrar en la témpera su medio predilecto. En 1924 comenzó a pintar paisajes camperos y marinos que exhibió en Ruibal, un negocio de lotería y cigarros de la calle Esmeralda. Dos años después, inauguró su primera muestra "Motivos gauchos (caricaturas)", en el marco de la Exposición Nacional de Ganadería de La Rural. El entonces presidente Marcelo Torcuato de Alvear, adquirió dos de sus obras.
Uno de los trabajos más conocidos de Molina Campos son los clásicos almanaques de la firma Alpargatas, labor que hizo durante dos períodos: entre 1930 y 1936 y desde 1940 a 1945.
En los almanaques, cada mes estaba ilustrado con un dibujo distinto. Este trabajo le brindó una gran proyección y difusión de sus obras. En estas piezas Molina Campos retrataba almacenes, pulperías, estaciones de tren y a los personajes característicos que frecuentaban esos lugares.
Desde 1934 a 1937 aproximadamente, los almanaques retratan la historia del icónico gaucho Tiléforo Areco y narran los acontecimientos más importantes de su vida.
Junto a Elvirita, su segunda esposa y compañera hasta el final de sus días, recorrieron los pueblos del interior para contactarse con los paisanos, sus formas de vida y sus costumbres. Pernoctaban en los ranchos, participaban de fiestas, casamientos y domas, que le refrescaban los recuerdos y eran modelos para sus obras. Al respecto, Molina Campos planteaba que él solo expresaba la realidad exagerando algunos rasgos.
En 1937 viajó a los Estados Unidos gracias a una beca de la Comisión Nacional de Cultura, donde mostró los contrates entre la gran ciudad y el campo. En 1938 expuso en la Gallery of the English Book Shop, de Nueva York, y sus obras se publicaron en importantes semanarios. Así fue como sus cuadros adquirieron notoriedad en el país del norte y el mismo Walt Disney manifestó curiosidad por el pintor argentino.
Años después, de viaje por Argentina, Walt Disney visitó a Molina Campos y le pidió asesoramiento para una película sobre la vida y costumbres de los habitantes de América del Sur.
El encuentro entre Disney y Molina Campos se produjo en Río de Janeiro, y en 1942 comenzó a trabajar supervisando las películas "El gaucho reidor" (o "The flying gaucho") y "Goofy se hace gaucho". Los films llevaban a una parodia y deformación de los paisanos y nuestras costumbres. El pintor argentino no compartía las extravagancias que el estudio cinematográfico quería hacer protagonizar a los paisanos y, tras varios intentos fallidos por lograr una representación más fiel del gaucho argentino, renunció. Ya sin Molina Campos, Disney decidió convertir las tres películas en una sola, que se conoció como “Saludos, amigos”.
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