La historia del arte es tan antigua como la civilización humana. Desde tiempo inmemorables, las personas se vieron atraídas por buscar diferentes formas de expresar sus sentimientos, ideas y pensamientos. En esta nota te contamos sobre el género Tronie, oriundo de Países Bajos.
Este estilo neerlandés surgió en el siglo XVII, en mencionado país europeo, y forma parte de lo que se conoce como el Siglo de Oro neerlandés. Esto estuvo íntimamente relacionado con la época de esplendor que comenzó a vivir la nación en todos los aspectos: económico, cultural, social y científico.
Algunos de los impulsores más famosos de este género barroco holandés fueron Rembrandt, Judith Leyster, Johannes Vermeer, y Johannes van der Beeck.
¿Cómo reconocer el arte Tronie?
"Tronie" proviene de trogne, que en holandés significa "rostro". Es por eso que la principal característica de estas obras es que son retratos que tienen como objetivo capturar la expresión facial de la persona pintada en el lienzo.
En general, se trata de personajes anónimos que presentan una gestualidad muy marcada, por lo que la primera sensación que produce es el impacto de las emociones exageradas de esa cara retratada.
Una de las principales características de este estilo es el hincapié que se hace sobre la utilización del color, y por sobre todo, de las luces y las sombras. Estas obras eran, en realidad, de una especie de ensayo, en donde los artistas intentaban exponer todos sus conocimientos sobre la técnica de la pintura.
El objetivo era lograr representar conceptos abstractos como por ejemplo la fuerza, el enojo y la locura, mediante expresiones histriónicas en los rasgos humanos.
A su vez, otra particularidad de este estilo tiene que ver con las personas que eran pintadas, las cuales eran ciudadanos trabajadores, anónimos. Esto lo vuelve disruptivo ya que hasta ese momento, la mayoría de los retratos se hacían sobre personajes poderosos, ya sea figuras de la corte, del poder económico o religioso.
