Es oriundo de China, puede alcanzar los 30 metros de altura y también se destaca por su gran poder de absorción de CO2.
En diferentes paisajes de China, que se formaron sobre tierras con altitudes inferiores a los 1.800 metros sobre el nivel del mar, es posible encontrar un tipo de árbol muy especial que es conocido como Kiri.
Si bien la especie es oriunda de esta gigantesca nación de Asia, con el correr de los años se ha extendido en diferentes países de Europa, así como también en Estados Unidos.
Y, aunque el Kiri es famoso por su alta velocidad de crecimiento, tiene muchas otras propiedades que lo convierten en un árbol único en el mundo.
Como hemos mencionado en el título de este artículo, el Kiri es considerado por muchos el árbol que más rápido crece, dado que en tan solo 12 meses puede ganar cinco metros de altura.
En otras palabras, los ejemplares de esta especie tienden a crecer aproximadamente 2 centímetros al día y esto le permite alcanzar su altura máxima (30 metros), en tan solo una década.
Debido a esta particularidad, en China existe una tradición de plantar un Kiri cuando una niña nace. El objetivo es que el árbol crezca al mismo ritmo que la pequeña, para que cuando ella llegue a la adultez y se case, su familia pueda utilizar la madera del ejemplar para fabricar sus primeros muebles.
Ahora bien. No hay dudas sobre que el crecimiento del Kiri es sorprendente. Pero, quienes deseen conocer este tipo de árboles en detalle, también tienen que prestar suma atención a todas sus propiedades.
Por un lado, los especímenes de esta especie son muy resistentes, ya que pueden crecer sin mayores dificultades en áreas contaminadas y, gracias a la rápida regeneración de sus raíces, también son capaces de sobrevivir ante un fuerte incendio.
Eso sí. A mayor exposición de riesgos como los mencionados, menor esperanza de vida tendrán los ejemplares que, en zonas rodeadas de naturaleza, pueden vivir hasta 250 años.
Finalmente, es importante resaltar que el Kiri se diferencia de los árboles de otras especies porque:
Aunque no hay registros de en qué año el Kiri cruzó las fronteras de China y se plantó, por primera vez, en otros países de Asia como Corea del Norte, Corea del Sur y Japón, existen datos firmes sobre cuándo y cómo llegó a Europa y América.
Tras intensas investigaciones, se confirmó que la especie ingresó al Viejo Continente en 1834, cuando los primeros ejemplares, traídos desde Japón, se plantaron en Francia.
Años después, el Kiri ganó popularidad, algunas semillas se plantaron sobre el suelo de Estados Unidos y, de esta manera, también se extendió hacia diferentes sectores de América.
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