En el partido más recordado del Mundial de 1986, Diego Maradona usó dos camisetas. La última, la intercambió con Steve Hodge, un futbolista inglés que, el pasado 20 de abril, advirtió que la presentaría en Londres para subastarla.

Durante los últimos días, se generó una polémica en torno a si la que se subastaba era la del primer tiempo o la del segundo. Finalmente, se determinó que la que utilizó los primeros 45 minutos de aquel encuentro está en manos de Dalma y Gianinna, dos de sus hijas. Por lo tanto, la casaca que se subastó fue la del final.

Hoy, un grupo de accionistas relacionados al Manchester City la compró por 8.929.241 dólares, dejando en el camino a Marcelo Ordás, un coleccionista argentino que estuvo muy cerca de conseguirla.