El siglo XX fue la época dorada para los trenes argentinos, ya que era un medio de transporte muy utilizado y existían cientos de trayectos de larga distancia, que conectaban casi todas las provincias del país. Y, entre todas las locomotoras que circularon en aquella época, una de las más emblemáticas era La Emperatriz.
Esta máquina, que integraba un lote de 10 unidades similares, se diseñó en los Talleres Rosario del ex Ferrocarril Central Argentino y se construyó en Reino Unido.
Cuando llegó al país, en 1914, se destacó por su velocidad, que le permitió batir un récord sudamericano, que es recordado hasta la actualidad.
¿Cuál es la historia de La Emperatriz?
La Emperatriz era una máquina de 150 toneladas, que se identificaba con el número 191 y que compartía las vías argentinas con otras unidades gemelas, con una numeración que abarcó desde el 192 al 200.
Oficialmente, este tipo de locomotoras a vapor, que brindaron servicios de pasajeros durante décadas, se llamaban PS10. Ambas letras hacían referencia a la frase “Passenger Superheater”, que se traduce como “Pasajero Supercalentador”.
También te puede interesar > Clase 43, la locomotora diésel más rápida de la historia
En simples palabras, “Pasajero Supercalentador” está vinculado a su motorización, que funcionaba con vapor sobrecalentado, que le permitía ejercer más presión que el vapor tradicional y, de esta manera, alcanzar una potencia mayor.
¿Cómo consiguió esta locomotora el récord de velocidad sudamericano?
El récord de velocidad sudamericano es el logro más alto que consiguió la PS10 191, cuando el 13 de febrero de 1926, bajo el control del famoso maquinista Francisco Savio, completó el tramo Buenos Aires-Rosario en tan solo 3 horas y 21 minutos.
Según los registros de la época, ninguna otra locomotora de Sudamérica era capaz, en 1926, de recorrer 303 kilómetros en tan poco tiempo, a una velocidad promedio de 90,4 km/h.
¿Y qué velocidad máxima desarrolló La Emperatriz durante la hazaña? Aunque se desconoce el dato oficial, expertos consideran fue de aproximadamente 140 km/h, porque, según la ficha técnica, este era el tope de su motor, de 900 caballos de fuerza.
¿Qué ocurrió con La Emperatriz luego de 1968?
Tras 54 años en servicio, La Emperatriz se retiró en 1968. Décadas más tarde, tras reconocer su importancia para el país, se decidió someter la máquina a un enorme proyecto de restauración, con el objetivo de convertirla en una pieza de museo.
Puntualmente, los trabajos consistieron en acondicionar la estructura original de la unidad récord (191). Pero, como algunas piezas estaban muy deterioradas, también se utilizaron partes de la locomotora 196.
También te puede interesar > La Porteña, la locomotora que realizó el primer viaje en tren en Argentina
En la actualidad, esta enorme máquina de trocha ancha (1.676 mm), pertenece a la colección del Museo Nacional Ferroviario. Además, se conserva en el Ferroviario Club Central Argentino de la ciudad santafesina de Pérez, ubicada a 10 kilómetros del centro de Rosario.