En Alemania existe un pueblo cuyas casas y edificios están hechos con más de 72 mil toneladas de diamantes. La información es contada por la doctora en física, Mar Gómez, en su cuenta de twitter.
Breve historia de la ciudad de diamantes
Se trata de una antigua ciudad imperial llamada Nördlingen, ubicada en el noroeste de Alemania y con una población de veinte mil habitantes aproximadamente. Tuvo un elevado nivel de prosperidad hasta el año 1630, debido a las consecuencias de la Guerra de los Treinta Años, durante la cual se llevaron a cabo dos batallas importantes en su territorio. Fruto de estas contiendas, Nördlingen perdió no sólo la mitad de su población, sino además su importancia política y económica.
La localidad recupera su brillo recién después de la Segunda Guerra Mundial a partir de una nueva fase de desarrollo que la convirtió en una importante ciudad industrial del norte de la región de Baviera.
En el casco antiguo de Nördlingen, son muchas las fiestas que se celebran. Entre ellas, la "Fiesta de la muralla" que consiste en un espectáculo y mercado medieval, el "Stabenfest", una gran fiesta de escolares que tiene sus orígenes en el año 1406, siendo la fiesta infantil con más tradición de Alemania y la "Feria de Pentecostés" que fue en la Era Medieval una de las ferias comerciales más importantes de Europa y hoy en día es una fiesta popular.
Construcción de la ciudad
En la Edad Media, cuando fue el momento de pensar en la construcción de la ciudad, el lugar parecía apropiado porque el terreno estaba bastante más abajo, característica que hacía más fácil la instalación de murallas. Esto se debía a que 15 millones de años atrás un meteorito impactó en el lugar y el choque tuvo tanta fuerza que creó un cráter de 26 kilómetros de ancho y 150 metros de profundidad. Ahí se encuentra la ciudad.
El meteorito impactó con un depósito de grafito, lo que hizo aumentar muchísimo el calor y la presión sobre las burbujas de carbono del lecho rocoso. De esta manera, se formaron pequeños diamantes de menos de 0,2 milímetros, apenas visibles.
La construcción de los edificios de la ciudad comenzó sin saber que la roca estaba salpicada de diamantes, característica que la hace única a nivel mundial. Por su parte, los habitantes creían que la ciudad estaba construida sobre el cráter de un volcán ya extinto.
Quizá te puede interesar > Tres leyendas urbanas de la misteriosa Buenos Aires
En la década de 1960 dos geólogos estadounidenses, Eugene Shoemaker y Edward Chao, visitan la ciudad después de estudiar el paisaje desde lejos. Allí descubren que el cráter no cumplía con los criterios exactos para un volcán. Al poco tiempo, geólogos locales llegaron a la conclusión de que los edificios y murallas de la ciudad contenían 72 mil toneladas de diamantes.
A pesar de este descubrimiento tan valioso, nadie ha extraído los diamantes porque su tamaño es tan pequeño que carecen de tener valor como piedra preciosa. Más allá de esto, la ciudad es uno de los depósitos de gemas más grandes del mundo.