Los niños y jóvenes están cambiando al mundo. Cada vez son más los que trabajan por un mundo mejor y llevan adelante iniciativas increíbles. Esta vez, es el caso de un niño de Senegal que fabricó un telescopio con alambre y latas de gaseosas.
Se llama Malick Ndiaye y tiene doce años. Desde muy pequeño se mostró fascinado por el universo, las estrellas y los planetas. Y comenzó a salir al patio de su casa para mirar el cielo con detenimiento.
Este interés por los movimientos del cielo quizá venga de su padre, quien también manifestó curiosidad por esos temas y disfrutaba de ver documentales y de leer libros sobre el tema. Así, es que le regaló varios libros a su hijo entre los cuales se encontraba uno titulado Todo el universo, que se convirtió en una gran inspiración para el pequeño Malick.
La familia vive en una pequeña localidad del interior de Senegal. Junto con el libro, Malick guarda una serie de hojas donde dibujó sus propios mapas del cielo, ilustraciones que hizo a medida que pudo ir identificando los puntos brillantes, las estrellas, los planetas y las constelaciones.
Movido por este gran interés en el tema, el joven juntó unos viejos anteojos de su padre, la lente de una cámara, papel, alambre, cañas y latas y fabricó su propio telescopio, para lo cual tardó aproximadamente dos semanas. “cuando enfoqué al cielo nocturno y vi los detalles de la superficie de la Luna me pareció que podía tocarla con la mano”, cuenta Malick en diálogo con El País.
El invento rápidamente se hizo conocido gracias a las fotos que le tomó un hombre que pasaba por la casa del joven y le preguntó de qué se trataba el artefacto. En pocos días, comenzaron a circular por las redes sociales, los medios locales se hicieron eco de la novedad y los periodistas no tardaron en aparecer en la casa de esta familia.
Gracias a esta gran difusión, el invento de Malick llegó a los oídos del presidente de la Sociedad Senegalesa para la Promoción de la Astronomía, quien le regaló un telescopio al joven y le propuso el desafío de construir un trípode que lo sostuviera. Malick tardó tan solo una semana en fabricarlo. Ahora tiene dos telescopios para seguir descubriendo el universo.
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