Pepa, la nieta de San Martín que tuvo un rol clave en la reconstrucción de su legado

Josefa Dominga Balcarce, fue una de las nietas de José de San Martín. Hija de Merceditas y de Mariano Balcarce, nació el 14 de julio de 1836. Su primer nombre fue en honor a su abuelo materno; el segundo, por su abuela paterna. En la familia le decían Pepa.

Desde el comienzo, Pepita y su abuelo estuvieron unidos por una relación muy estrecha. Cuentan que el General la dejaba jugar con las medallas que había ganado en el ejército español durante las batallas contra Napoleón. Pepita era la hija menor del matrimonio Balcarce San Martín. Su hermana María Mercedes lamentablemente murió a la corta edad de 27 años.

En 1961 Josefa se casó con Eduardo María de los Dolores Gutiérrez de Estrada y Gómez de la Cortina, embajador de México en Francia. No tendrían hijos. Su madre Mercedes murió en 1875 y su padre, diez años después.

Pepa hablaba varios idiomas, como el inglés, italiano, alemán, griego y latín. Y por supuesto el español, a pesar de que nunca conocería Argentina, al que se refería como “nuestro amado país”.

Al fallecer su esposo, en el año 1904, Pepita convirtió su casa de la localidad de Brunoy en la fundación Balcarce y Gutiérrez de Estrada con el obbejtivo de brindar ayuda a los ancianos e indigentes de la región, institución que en el contexto de la Primera Guerra Mundial convirtió en un hospital para atender a los heridos de guerra. Por esa labor, recibió una condecoración de la Legión de Honor y otro de la Cruz Roja. La residencia de Brunoy la cedió a la Sociedad Filantrópica de París.

Entre otras cosas, Josefa se caracterizó por mantener viva la memoria de su abuelo José.

Además, Pepa se encargó de conservar y socializar el legado de San Martín que hoy conocemos: mobiliario, cartas, objetos, libros. Si bien nunca visitó la Argentina, mantuvo correspondencia con el Dr. Adolfo P. Carranza, director en aquel momento del Museo Histórico Nacional, a quien le donó las pertenencias de su abuelo para que fueran exhibidas en el museo. Pepa se encargó incluso de enviar a Carranza un croquis para que se reproduzca con exactitud en el museo, la residencia de Boulogne-sur-Mer, la finca preferida del general San Martín.

Asimismo, fue la que autorizó el traslado de los restos del Libertador a Buenos Aires en 1880.

Museo histórico Nacional

Este museo está ubicado en el barrio de San Telmo y tiene por objetivo la conservación, investigación y exhibición de objetos, piezas de arte y documentos históricos, así como de actividades culturales y educativas.

El Museo propone un recorrido por las culturas de los pueblos originarios, la época de la conquista y el establecimiento del orden colonial, la Revolución de Mayo, la sociedad porteña en 1810 y el cruce de los Andes, entre otros episodios destacados de la historia argentina.

Además de la reproducción de la habitación donde San Martín vivió su últimos días en la localidad de Boulogne Sur Mer, otra de las piezas de enorme valor histórico que expone el Museo es el sable corvo del Padre de la Patria, considerado un símbolo de la emancipación sudamericana ya que acompañó al Libertador en las luchas por la independencia.

En 2017, en el marco del bicentenario del Cruce de los Andes, el museo inauguró una sala sobre la epopeya sanmartiniana donde se exhiben algunas pertenencias de los héroes que participaron del Ejército de los Andes. Entre ellas, las condecoraciones recibidas por los jefes, oficiales y soldados del Ejército Sanmartiniano  en las campañas libertadoras, el cordón entregado a Ángel Pacheco por la batalla de Maipú , la banderola guía de la columna a cargo de  Las Heras, y un retrato de su figura realizado por José Gil de Castro.