Nueva York es una ciudad apasionante, repleta de sorpresas y curiosidades. Por lo tanto, no sorprende que en el corazón del centro financiero tenga una escultura llamada “Toro de Wall Street”, que se instaló sin permiso y sobrevive desde 1989.
La imagen del animal, que se plasmó con una postura desafiante, adoptó distintos significados con el paso del tiempo. Es decir, no solo es una muestra de arte, sino que también representa el “sueño” americano, el capitalismo, el marketing y hasta, en los últimos años, el feminismo.
Entonces, a pesar de que su imagen ha cambiado en más de una ocasión y durante los últimos 34 años se intentaron concretar diversos proyectos para retirarlo, el Toro de Wall Street sigue emplazado en Nueva York y es identificado como una de sus mayores atracciones turísticas.
¿Cómo llegó el Toro de Wall Street a Nueva York?
El artista italoamericano Arturo Di Modica, que era conocido por diseñar obras de arte en un lugar secreto e instalarlas en la vía pública durante la noche, sin previa autorización, es quién diseñó y financió la construcción del Toro de Wall Street.
Su intención era crear una escultura impactante, que sea identificada como un regalo de Navidad y represente la resistencia y fuerza que logró el Estados Unidos, luego del quiebre de la bolsa de 1987, en el marco del famoso “lunes negro”.
Y, al mismo tiempo, Di Modica confirmó que, mediante el Toro de Wall Street, "quería mostrar que si quieres hacer algo en un momento difícil, puedes hacerlo, puedes hacerlo por ti mismo, pero tienes que ser fuerte".
Entonces, fiel a su estilo, durante la mañana del 14 de diciembre de 1989, el artista llegó en camión a la entrada principal del edificio de la bolsa de Nueva York y, en menos de cinco minutos, instaló la escultura con ayuda de 40 amigos.
Y, como era de esperar, desde Wall Street no estuvieron de acuerdo en que la figura en bronce de un toro, que mide 5 metros de largo, 3 metros de alto y pesa más de 3.000 kilogramos, permanezca instalada en la puerta de su edificio más icónico.
Por lo tanto, antes de que termine el 14 de diciembre de 1989, contrataron un servicio para desinstalar el toro, subirlo a un camión y trasladarlo hasta Queens, donde permaneció guardado, por muy poco tiempo, en un almacén.
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¿Cómo se logró la permanencia del Toro de Wall Street en Nueva York?
A pesar de que la bolsa de Nueva York intentó que la situación pase desapercibida, ocurrió todo lo contrario. Las pocas horas que el Toro de Wall Street logró permanecer frente al edificio, fueron suficientes para que medios de comunicación de todo el mundo lo informen.
Por lo tanto, ante la enorme repercusión y la queja de muchos turistas que se negaban al traslado de la escultura, el presidente de la NYSE (la Bolsa de Nueva York) contactó a Di Modica para intentar llegar a un acuerdo.
El ejecutivo declaró que aceptaba la instalación del Toro de Wall Street frente al edificio, siempre y cuando el artista esté dispuesto a diseñar y colocar, junto al toro, la escultura de un oso.
Pero, Di Modica contestó que no estaba de acuerdo porque, mientras que el toro representa un mercado alcista en la bolsa, la imagen de un oso representa a un mercado en baja.
Finalmente, aunque el trato mencionado no se concretó, el artista logró contactar al alcalde de Nueva York y consiguió un permiso para que el Toro de Wall Street se instale, por un año, en Bowling Green, junto a un pequeño parque público del Bajo Manhattan y a cuatro cuadras de su emplazamiento original.
¿Por qué esta escultura se transformó en un atractivo turístico?
Como hemos mencionado, el Toro de Wall Street debía retirarse de Bowling Green 12 meses después de su instalación. Pero, como podemos ver, permanece en el mismo sitio desde hace 34 años.
Los motivos de su permanencia, además del significado del “sueño” americano, capitalismo y marketing que influye, es el potencial turístico que la estructura generó.
Es decir, desde hace más de tres décadas, el Toro de Wall Street recibe la visita de cientos de personas a diario, que posan desde todos los ángulos para tomarse fotos.
Y, de forma sorprendente, se creó una leyenda urbana sobre que, toda aquella persona que toque los testículos de la escultura, tendrá buena suerte en el futuro. Por lo tanto, en ocasiones los turistas hacen fila para lograr este cometido.
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¿Qué vínculo mantiene este animal de bronce con el feminismo?
No hay dudas de que, con el paso del tiempo, la polémica ocasionada por la instalación del Toro de Wall Street y los proyectos para retirarlo, se diluyeron. Sin embargo, la escultura quedó en el foco de las noticias cuando, de forma sorpresiva, recibió la compañía de una segunda muestra artística titulada “La Niña sin Miedo” en 2017.
Como su nombre lo indica, esta nueva pieza representa la figura de una niña, que se diseñó en bronce y es mucho más pequeña que el toro, ya que pesa 110 kilogramos.
Y, si bien la artista uruguayoamericana Kristen Visbal la instaló de la misma manera que Di Modica lo había hecho en 1989 (sin permisos), el creador del Toro de Wall Street se mostró indignado con el hecho y solicitó retirarla de inmediato.
Pero, una vez más, la “Niña sin Miedo” se convirtió en una figura turística que, además, representaba la fortaleza del feminismo frente al patriarcado, reflejado en el toro.
Finalmente, esta moderna pieza de bronce se retiró en 2018, para colocarla a 400 metros, en la puerta del edificio principal de Wall Street. Es decir, en el lugar que Di Modica había intentado colocar el toro en un primer momento.