En Argentina, cada 17 de noviembre se celebra el Día Nacional del Escultor y las Artes Plásticas en homenaje a Lola Mora, la escultora que nació en 1867 en el norte del país.
Lola Mora, de nombre completo Dolores Candelaria Mora Vega, es conocida principalmente por su obra La Fuente de Las Nereidas, pero tuvo una gran trayectoria en el urbanismo y las artes visuales en general.
La vida de Lola Mora: una artista adelantada a su tiempo
Siempre existieron dos dudas alrededor de Lola Mora: en qué año nació y en qué provincia. Según cuenta su sobrino bisnieto y biógrafo, Pablo Mariano Solá, para la Secretaría de Cultura de la Nación, la artista nación en Tucumán en 1867.
Creció en una familia numerosa —era la tercera de siete hermanos— y desde muy joven mostró interés por el dibujo y la pintura. Sin embargo, su vida cambió por completo en 1885, cuando sus padres murieron con dos días de diferencia. Desde entonces quedó bajo el cuidado del esposo de su hermana mayor.
A pesar de haber comenzado a estudiar arte relativamente tarde, su talento fue inmediato. El pintor italiano Santiago Falcucci la formó en técnicas europeas vinculadas al neoclasicismo y el romanticismo. En pocos años, Lola comenzó a retratar a figuras destacadas de Tucumán, lo que le abrió puertas en los círculos culturales de la provincia.
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En 1894 presentó una colección de retratos de gobernadores tucumanos que recibió excelentes críticas y terminó donando íntegramente a la provincia.
Su carrera dio un giro en 1896, cuando obtuvo una beca del gobierno nacional para estudiar en Europa. Se instaló en Italia donde se dedicó plenamente a la escultura. Pronto, su fama comenzó a circular en los espacios artísticos del continente. Un autorretrato suyo incluso recibió una medalla de oro en la Exposición Mundial de París.
El Día Nacional del Escultor y las Artes Plásticas y el legado de una pionera
Cuando regresó a la Argentina, Lola Mora ya era una celebridad. Realizó obras por encargo y donó a la ciudad de Buenos Aires su imponente Fuente Monumental Las Nereidas, que generó polémica por sus figuras desnudas y fue trasladada a la Costanera Sur. Hoy es considerada una de las obras maestras del arte argentino.
Aun así, su vida artística no fue su única faceta. En sus último años se alejó de la escultura, y hoy sus aportes pueden apreciarse en muchos sentidos:
- Obras escultóricas presentes en ciudades como Tucumán, Rosario, Salta, Avellaneda, Jujuy y Corrientes.
- Innovaciones técnicas tanto en pintura como en escultura, influenciadas por su formación europea.
- Proyectos vinculados al desarrollo tecnológico y minero, que impulsó durante sus últimos años.
Estas acciones muestran la amplitud de su mirada estética y su capacidad para trabajar en gran escala, en un momento histórico donde pocas mujeres lograban alcanzar espacios de reconocimiento público.