Una de las herramientas que más se utiliza en las aulas de todo el mundo es la tabla periódica de los elementos. Distintas materias englobadas en las Ciencias Naturales y Exactas la consultan a diario, ya que es una fuente de información muy precisa sobre los elementos naturales que conforman todo lo que conocemos.
Sin embargo, aunque la conocemos como un esquema ordenado, su creación llevó siglos de trabajo e investigación por parte de la comunidad científica. Los elementos inaugurales fueron 63, y con el tiempo se descubrieron y clasificaron 55 más, llegando a la cifra de 118.
¿Cómo está ordenada la tabla periódica de los elementos?
Los elementos de la tabla periódica están ordenados por su número atómico, es decir por el número de protones (partículas subatómicas con carga eléctrica positiva) que tiene cada átomo de ese elemento. Así, como cada átomo de hidrógeno tiene un protón, el hidrógeno es el primer elemento de la tabla.
La estructura de la tabla, por otro lado, se divide en:
- 7 filas horizontales, llamadas "periodos".
- 18 columnas verticales, llamadas "grupos" o "familias", en las que los elementos comparten ciertas propiedades.
Cada elemento se distingue, principalmente, por su símbolo químico, que se compone de una o dos letras: el sodio es Na, el oxígeno es O, el calcio es Ca y el magnesio es Mg, por ejemplo. Además, cada uno está identificado por su estado de agregación: sólido, líquido o gaseoso.
Como dato curioso, los elementos que van del 89 al 103 fueron descubiertos en los últimos cien años y llevan en su mayoría el nombre de alguna figura destacada de la ciencia. Tal es el caso del Einstenio (por Albert Einstein), Curio (por Marie y Pierre Curie), Nobelio (por Alfred Nobel) y Mendelevio (Dimitri Mendeléyev).
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¿Cuál es la historia de la tabla periódica de los elementos?
Hace más de 150 años, el profesor ruso Dimitri Mendeléyev fue quien presentó el registro más acabado y ordenado de los elementos naturales hasta el momento. Durante años, al igual que otros científicos, se había preguntado cómo podían agruparse para poder estudiar y enseñar mejor de qué estaba hecha la materia que nos rodea.
Si nos remontamos a cientos de siglos atrás, distintos filósofos y matemáticos ya se preguntaban por aquello que conforma todo lo que conocemos. Los primeros cuatro elementos fueron los cuatro "clásicos": agua, aire, fuego y tierra.
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Sin embargo, con el correr de los años los distintos desarrollos científicos demostraron que existían más elementos. La materia del Universo era (y es) mucho más compleja, y así se sumaron, poco a poco, el mercurio, el azufre, la sal, el zinc y el fósforo, entre otros.
Para mitades del siglo XIX, Mendeléyev presentó la tabla moderna que luego expandió el químico norteamericano Horace Groves Deming en 1923. Él publicó la tabla periódica de 18 columnas que se utiliza hoy en día a nivel mundial, y a ella se le sumaron nuevos elementos acorde a los descubrimientos científicos.