Los órganos reproductores de la mujer, a diferencia de los del hombre, son casi todos interiores, con excepción de la vulva, que cubre la vagina. El resto de los órganos son la vagina, el útero, las trompas de Falopio y los ovarios. Todos están localizados en la zona de la pelvis. La vagina es un conducto muscular que se extiende hasta el útero: mide entre ocho y doce centímetros, pero se puede dilatar y contraer. Allí es donde el hombre introduce el pene durante la relación sexual y también por donde pasa el bebé en el momento del parto. El útero es donde se alberga el feto durante el proceso de crecimiento, en tanto que las trompas de Falopio conectan el útero con los ovarios. Los ovarios se encuentran en la parte superior derecha e izquierda del útero y tienen forma ovalada. Son fundamentales para la reproducción porque fabrican, almacenan y liberan los óvulos que hacen posible la fecundación cuando se encuentran con un espermatozoide.
¿Por qué las trompas de Falopio se llaman así?
Las trompas de Falopio se llaman así en honor al médico italiano Gabriel Falopio (1523-1562), el primero que las describió. En el cuerpo femenino hay dos, una a cada lado del útero. Miden aproximadamente diez centímetros de largo. Por las trompas de Falopio pasa el óvulo liberado por los ovarios.
Los óvulos
Entre los 10 y los 16 años, aproximadamente, las mujeres empiezan a tener ciclos menstruales. El ciclo menstrual es el proceso que prepara al útero para el embarazo todos los meses. Consiste en la creación de un óvulo dentro del ovario, que luego viaja a través de las trompas de Falopio hasta el útero para quedar allí adherido. Si no es fecundado se elimina en forma de sangrado a través de la vagina cada 28 días. Lo más común es que el sangrado dure de tres a cinco días, aunque esa cifra puede variar.
La parte exterior del aparato reproductor femenino
La vulva, que es la única parte visible del aparato reproductor femenino, está compuesta por dos pares de pliegues llamados labios, el clítoris, el monte de Venus y la uretra.
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