Nacida en París en 1868, Camille du Gast fue una mujer adelantada a su tiempo. Vivió en una época en la que pocas mujeres podían aspirar a mucho más que la vida doméstica, y gracias a su poder adquisitivo, pudo elegir un camino muy distinto.
Fue una deportista audaz, una figura pública controvertida y una activista incansable por los derechos de los animales. Su valentía y sus demostraciones en público la convirtieron en una de las figuras más fascinantes de la historia francesa.

Apasionada por la velocidad y la aventura, participó en numerosas actividades sin importar el riesgo ni la dificultad. Entre ellas, se cuentan:
- Carreras de automóviles,
- Paracaidismo (cuando todavía se consideraba un riesgo inaceptable),
- Viajes en globo aerostático,
- Esgrimista,
- Esquí,
- Tiro al blanco (donde salió campeona).
Camille du Gast y su lucha por los derechos de los animales
Además de sus logros deportivos, Camille du Gast fue una firme defensora del bienestar animal. A partir de 1910 presidió la Sociedad Protectora de Animales de Francia, y durante más de dos décadas impulsó leyes y campañas contra el maltrato. Fue una de las primeras personas en señalar el sufrimiento de los animales en espectáculos públicos, sobre todo en las corridas de toros.
Durante sus años de activismo, trabajó junto a veterinarios y juristas para modificar el código penal francés e incluir penas por crueldad animal. También fundó refugios y organizó ferias educativas con el objetivo de fomentar una relación más respetuosa con los animales domésticos.
Entre los deportes extremos y las restricciones a las mujeres

Aunque es recordada sobre todo por sus hazañas deportivas, la historia de Camille du Gast incluye muchos otros capítulos sorprendentes. A lo largo de su vida, protagonizó momentos que hoy serían dignos de una película.
En 1901, por ejemplo, participó en una carrera automovilística entre París y Madrid de la que aún quedan registros. Fue una de las pocas mujeres inscriptas. Dos años después, en 1903, la excluyeron de futuras competencias por “motivos morales”, según las autoridades, que consideraban peligroso que una mujer fuera tan visible.
A pesar de las restricciones, siguió practicando deportes extremos como el esquí alpino y el salto en paracaídas. También se destacó como una de las primeras mujeres en pilotar globos aerostáticos.

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