Hay frases que esconden significados no tan agradables, pero que se prefieren antes que decir un insulto porque no suenan tan mal. "Cabeza de chorlito", dicho que abuelos y abuelas han pronunciado muchas veces, es claramente uno de esos dichos.

Aunque la frase pueda sonar "tierna", en realidad se utiliza para hablar de alguien que es considerado "poco inteligente", que "le faltan jugadores en la cancha" o que "no está iluminado". En resumen, que le cuesta tener agilidad mental y claridad en su pensamiento.

Pero, ¿hay una sola forma de procesar la información, de reflexionar y, a fin de cuentas, de pensar? Y, tal vez sobre todo, ¿por qué se asocia la inteligencia humana con la de un ave? ¿Por qué "la liga" el chorlito?

El curioso origen de "cabeza de chorlito"

Como sucede con la mayoría de los dichos populares, es difícil establecer un lugar y momento histórico en que pueden haber surgido. Más en el idioma español, que es uno de los más hablados del mundo y se extiende por toda Latinoamérica y España.

Hay versiones que sostienen que, como el chorlito es un pájaro que se avista con frecuencia en el país ibérico, lo más probable es que el origen de ser o tener "cabeza de chorlito" se remonta allí.

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¿Y cuál es la creencia asociada al ave? Si miramos su cuello ancho, sus patas alargadas y delgadas y su contextura general, no pareciera resaltar ningún aspecto. Sin embargo, la clave de la frase se encuentra en su pequeña y redondeada cabeza.

Con ella está asociada la idea de que, precisamente por ser pequeña, se trata de un animal poco inteligente. A ello se suma el hecho de que no hace sus nidos en árboles elevados, por lo que aumenta el riesgo de que distintos depredadores ataquen a sus crías.

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¿Por qué la frase es "incorrecta"?

Lo primero que salta a la vista es algo que hoy muchos conocen de sobra: que una cabeza –y, por lo tanto, un cerebro– sea pequeña no quiere decir que su portador sea poco inteligente. Y menos si hablamos de chorlitos.

Aunque puede ser una frase preferida para evitar un insulto, lo más apropiado sería tener cuidado al momento de pronunciarla, aclarando que se trata de un chiste más que de una verdad enunciada.