Los lentes de sol son, probablemente, uno de los inventos más prácticos. Sobre todo en verano, es extraño ver personas que no lleven un par puestos, ya que protegen contra los rayos del sol y la intensidad de su luz.
Y aunque puedan parecer un invento moderno, en realidad tienen más de 900 años. Curiosamente, esos primeros ejemplares son más parecidos a un modelo del futuro, digno de una película de ciencia ficción. Además, tenían una función bastante distinta a la que conocemos hoy.
¿Dónde se inventaron los lentes de sol?
En rasgos generales, podría decirse que los lentes de sol se inventaron hace más de 10.000 años. Estos primeros modelos, creado por el pueblo inuit que habitaba en el Ártico y Norteamérica:
- Estaban hechos de marfil de morsa o de caracoles.
- Tenían dos aberturas pequeñas.
- Servían para combatir la ceguera que producía el reflejo de la luz solar en la nieve.
Aún así, muchos historiadores sostienen que estos no son oficialmente los primeros lentes de sol debido a que no utilizaban cristales de ningún tipo. Para llegar a ese modelo, habría que esperar más de once siglos, hasta el año 1100.
Tomando el prototipo de los inuit, el pueblo chino le añadió cuarzo ahumado a los lentes. ¿Y cuál era la función? Curiosamente, no la de evitar la ceguera, sino la de esconder las expresiones faciales de los jueces en los distintos procedimientos judiciales de la época.
También te puede interesar > Modas que matan: la razón por la que un peine antiguo podía explotar
La llegada del cristal verde
Algunos siglos después, cuando las relaciones culturales y comerciales entre Asia y Europa ya eran más frecuentes, se combinaron técnicas de China e Italia para dar lugar a unos lentes graduados oscuros.
Recién para la década de 1750, sin embargo, se habla de los lentes de sol "modernos". En 1752, un óptico inglés diseño unos cristales cubiertos de tinta para ayudar a quienes sufrían de mucha sensibilidad ante la luz solar.
También te puede interesar > ¿Cómo se inventó el perfume?
Así, creó unos lentes con vidrios verdes que probaron ser muy útiles ante los problemas de visión. Durante un tiempo, este modelo estuvo de moda en Europa, hasta que a principios del siglo XX distintos científicos se pusieron manos a la obra para perfeccionar los modelos.
Algunos de ellos se usaron en la aviación militar, sobre todo en las guerras mundiales, hasta que empezaron a comercializarse entre toda la población.