Conseguir una vacante en la escuela de preferencia puede acarrear mucho tiempo de espera. Algunas familias inclusive deciden mudarse de barrio para tener mayores posibilidades de ingreso al colegio favorito. Esta estrategia, generalmente, la suelen aplicar familias con mejores recursos económicos, lo que convierte al sistema educativo en un ámbito desigual.
¿Cómo funciona la selección escolar en el sistema público de América Latina?
Existen varios mecanismos o métodos que se utilizan a nivel mundial para la selección escolar. Sin embargo, dos son predominantes. El más popular y cuestionado es el método de aceptación inmediata, también conocido como “mecanismo de Boston”. Su nombre no se debe a que se haya creado en esa ciudad estadounidense, sino porque allí es donde se empezó a estudiar en 2003. En una entrevista con la BBC, Caterina Calsamiglia, profesora e investigadora de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (“ICREA”, por sus siglas en catalán), aseguró: “El mecanismo de Boston se usa en España desde 1985”. El otro es el “mecanismo de aceptación diferida”.
El mecanismo de Boston
Este mecanismo funciona así: las familias entregan una lista con las posibles escuelas que quieren para sus hijos. En cada colegio, los candidatos que lo hayan señalado como primera opción son ordenados de acuerdo a criterios predeterminados por cada institución educativa: que el estudiante viva cerca, que tenga un hermano que ya esté cursando en esa escuela, sus méritos, etcétera. Incluso en algunas escuelas la selección es al azar, y los alumnos son asignados a esa escuela en orden decreciente según su puntuación hasta que no haya más vacantes o más aspirantes. En el siguiente paso se toman las segundas opciones de colegio entre quienes aún no tengan escuela asignada y se vuelve a realizar la misma operación. Así sucesivamente hasta agotar vacantes o alumnos.
El mecanismo de Boston empezó a ser cuestionado. La falla principal del método consiste en que quien no obtiene una vacante en la escuela que puso primero en su lista, corre el riesgo de quedarse sin sitio en las otras instituciones educativas solicitadas ya que, en general, los colegios con más prestigio llenan su cupo de alumnos en la primera ronda de asignaciones.
El mecanismo de aceptación diferida
Se transformó en el más usado en la actualidad en diferentes países como Estados Unidos, México, Perú y Chile. Nació a partir de una teoría económica: el algoritmo Gale-Shapley. Este algoritmo genera un reparto estable de posibilidades y fue diseñado por los matemáticos estadounidenses David Gale y Lloyd Shapley en 1962. La operación se adaptó al sector educativo y se empezó a utilizar en muchas ciudades para admitir a alumnos en las escuelas.
Comienza igual que el “mecanismo de Boston”: las familias presentan una lista con sus colegios preferidos. Las escuelas aplican criterios de prioridad que no son uniformes. Incluso en algunas, con una demanda mayor que cupos disponibles, los postulantes pueden ser elegidos aleatoriamente para garantizar la no discriminación. Para asegurar que cada alumno y alumna quede en la institución educativa de mayor preferencia, el algoritmo de aceptación diferida simula que cada estudiante es aceptado tentativamente en su escuela favorita si es que hay cupo y rechazado en caso contrario. Los alumnos que son rechazados se postulan al segundo colegio de la lista y nuevamente la escuela revalúa a todos sus candidatos (los que ya había aceptado en la primera ronda y los nuevos) aplicando los criterios de prioridad. El algoritmo repite este proceso hasta que todos los estudiantes son asignados a algún colegio. Si queda algún alumno sin escuela es porque no hay espacio en las instituciones de su lista de preferencias. A estos últimos se les asigna la escuela más cercana a su casa que tenga cupos disponibles. Este método es aplicado en ciudades de Estados Unidos, Perú y Chile. En algunas zonas y niveles educativos de México y de Brasil usan una combinación de este mecanismo con el de Boston.
Críticas a ambos mecanismos de selección
Según sostuvo Caterina Calsamiglia en la entrevista con la BBC, con el mecanismo de Boston “un estudiante obtiene más puntos por su cercanía a la escuela preferida, por lo tanto tiene más posibilidades de ser admitido en ella. Esto genera que una de las principales estrategias sea la de mudarse de barrio, decisión que sólo pueden llevar adelante familias con recursos altos, lo que genera desigualdad”. Además sostuvo: “Si no hay políticas para mejorar la disparidad entre los niveles educativos de las escuelas públicas, se genera también un éxodo de familias al sector privado, como ocurrió en Barcelona y algunos sitios de México. Entonces se facilita la segregación”.
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