“Summerhill”, la escuela inglesa donde los alumnos toman las decisiones

En el siglo XX Alexander Neill fundó en Inglaterra una escuela llamada “Summerhill”, que hoy todavía funciona. En ella, los alumnos viven con total libertad, van a las clases que quieren, arreglan con los profesores qué van a estudiar y no son evaluados de ninguna forma. En esta nota, Billiken te cuenta todos los detalles de esta escuela.

Por Julieta Escat Email

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2 noviembre, 2021

Tal como lo indican Carla Baredes y Pablo Pineau en “La escuela no fue siempre así” (2008), en 1803 Thomas Hill fundó en Birmingham (Inglaterra) una escuela donde los alumnos tomaban las decisiones: cuándo ir, qué aprender y cómo resolver los problemas de disciplina. Las ideas de Hill cobraron relevancia entre los más innovadores, y en pocos años su modelo fue imitado en Estados Unidos y en algunos países de Europa.

Alexander Neill, el sucesor de Thomas Hill

En el siglo XX Alexander Neill fundó en Inglaterra una escuela similar a la que había fundado Thomas Hill tiempo atrás, llamada “Summerhill”, que hoy todavía funciona. Los alumnos viven en la escuela con total libertad, van a las clases que quieren, arreglan con los profesores qué van a estudiar y no son evaluados de ninguna forma. La disciplina y las normas se discuten entre alumnos y maestros en las asambleas que se realizan los viernes y los sábados.

Los principios de “Summerhill”, la escuela no-directiva

“Summerhill” es el nombre de la escuela fundada por Alexander Neill en una granja ubicada en el sur de Inglaterra. A pesar de su controvertida pedagogía, se considera pionera dentro del movimiento de las llamadas “escuelas libres”. Atiende a niños y niñas de educación primaria y secundaria. Tras la muerte de Neill, su hija Zoë Neill Readhead continuó a cargo de la administración de la escuela.

En “Summerhill” se desarrolla una educación basada en los siguientes principios pedagógicos: la convicción en la bondad natural de los seres humanos, la felicidad como máxima aspiración de la educación, el amor y el respeto como bases de la convivencia y la importancia de la corporalidad y la sexualidad. Por otra parte, esta escuela defiende la ausencia de exámenes y calificaciones, la asistencia no-obligatoria a las clases, la asamblea como órgano de gestión, la ausencia de reprimendas y sermones, un trato igualitario entre niños, niñas y adultos y la ausencia de enseñanza religiosa.