El 4 de agosto de 1906, el vapor Sirio italiano se hundió en las costas del Cabo de Palos, al sudeste de España. Según quedó en el registro histórico, el hundimiento se produjo, al igual que ocurrió con el Titanic, por un error de la tripulación.
Para la época, fue uno de los barcos más importantes en el traslado de emigrantes del sur de Europa que buscaban una vida distinta en América. El naufragio llegó a sus veinte años, luego de sucesivos viajes que conectaban ambos continentes.
¿Cuál es la historia del vapor Sirio?
Para fines del siglo XIX, eran muchos los habitantes de distintos países europeos que buscaban alejarse de las guerras, hambruna y pobreza viajando a América. Como sabemos, uno de los destinos principales fue Argentina.
El Sirio, como tantos otros, se construyó en 1882 con el propósito de suplir esa necesidad creciente. La compañía propietaria era la la Sociedad Italiana de Transporte Marítimo Raggio & Co, que mandó a levantar el buque en los astilleros de la empresa Robert Napier & Sons, en Glasgow, Escocia.
El buque destacaba por su gran tamaño, tenía capacidad de transportar cerca de 1.000 pasajeros y contaba con:
- Un peso de 4.100 toneladas.
- Una eslora de 120 metros, una manga de 13 metros y un puntal de 8 metros.
- Dos chimeneas.
- Tres mástiles.
- Una potencia de 5.300 CV.
¿Cuál era el itinerario de viajes del buque italiano?
En junio de 1883 partió a Génova, Italia, desde donde iniciaría su primer viaje. Al mes, partió hacia Rio de Janeiro y Santos, en Brasil, y luego llegó por primera vez a Buenos Aires. Un año después, en julio de 1884, comenzaron los viajes periódicos entre Génova y Buenos Aires, que tenían escalas en:
- Barcelona.
- Cádiz.
- Islas Canarias.
- Cabo Verde.
- Río de Janeiro.
- Santos.
- Montevideo.
Si había algún cambio en las escalas o el buque no paraba en alguna de ellas, se debía principalmente a que no había boletos vendidos para esa localidad. Así, hasta su naufragio, el buque transportó miles de pasajeros en un lapso de 23 años.
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¿Por qué naufragó el vapor Sirio?
El buque italiano comenzó su último viaje el 2 de agosto de 1906. Ese día, partió normalmente de Génova, cargado de campesinos, obreros, mujeres con niños y jóvenes que emigraban con nada más que la ropa puesta. Oficialmente, eran 620 pasajeros.
Días antes, el viaje había sido anunciado por las agencias navieras mediante carteles cercanos al puerto. El capitán encargado era Giuseppe Piconne, un marino de antaño con cuarenta años de experiencia. En Cádiz y Barcelona, subieron más de 100 pasajeros. Y, aunque no era una escala oficial, se cree que en Alcira subieron otros cientos que viajaban de manera ilegal, una práctica frecuente para la época.
En la tarde del 4 de agosto, el Sirio pasaba por las costas del Cabo de Palos, para luego cruzar el estrecho de Gibraltar con destino a las Islas Canarias. Sin embargo, nunca llegó a esa escala. No se sabe bien por qué el capitán, marino con experiencia, avanzó a velocidad máxima en una zona de baja profundidad.
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Lo cierto es que, como había pasado con otros buques, el barco encalló en la zona baja cercana al cabo, y comenzó a hundirse lentamente. Según cuenta la historia, la tripulación huyó en uno de los pocos barcos dispuestos para ese tipo de catástrofes.
Se desconoce el número oficial de muertos, ya que había muchos pasajeros que viajaban de forma ilegal. Se estima, sin embargo, que fueron más de 300, y que podrían haber sido más si los pobladores de la costa española no llegaban, con sus propios barcos, en ayuda de los pasajeros del navío.
