En el corazón de México, al oeste del estado de Puebla, se encuentra una de las montañas de lava más activas del país latinoamericano: el volcán Popocatépetl, un gigante que no descansó en los últimos 500.000 años.
Su nombre proviene de la lengua náhuatl, de la rama yuto-azteca, y significa "Montaña que humea". A decir verdad, un apodo bastante justo para el volcán que en los últimos veinte años emitió varias fumarolas (una mezcla de vapor y gases que sale por las grietas volcánicas).
¿Cuáles son las dimensiones del coloso mexicano?
Después del Citlaltépetl, el volcán Popocatépetl es el segundo más alto de todo México, ya que alcanza los 5.452 metros sobre el nivel del mar. Además el cráter en su diámetro más grande alcanza una longitud de 900 metros, lo que serían nueve cuadras seguidas en una ciudad.
Gracias al paso de Cortés, una extensión montañosa de 3.700 metros sobre el nivel del mar, está unido con el volcán Iztaccíhuatl, el tercero más alto del país. En la actualidad permanece inactivo, pero en caso de activarse ambos serían una dupla natural muy peligrosa para Puebla y Ciudad de México.
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La leyenda del volcán Popocatépetl, una historia de amor
Distintas culturas a lo largo de la historia asociaron ciertos fenómenos naturales con leyendas de personajes heroicos. Una de las más conocidas del centro de México es la del guerrero Tlaxcalteca Popoca y la princesa Iztaccíhuatl, que estaban comprometidos cuando sucedió la tragedia.
Al estilo Shakespeare, llega a la princesa la noticia de la muerte de su prometido en la batalla contra los aztecas. Por tristeza, ella muere sin saber que en realidad él vivía. Cuando él vuelve al pueblo y se entera de la muerte de la princesa, la carga hasta un monte y allí los dioses la convierten en un volcán: el Iztaccíhuatl.
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El prometió cuidarla durante toda su vida, y como reconocimiento por su entrega, los dioses también lo convirtieron en un volcán: el Popocatépetl, que permanece activo desde tiempo inmemoriales.
