"Bancarrota" es una palabra que encuentra su origen en la Italia del siglo XV. En su idioma original, la expresión es "banco rotto" y su uso se extendió por todo el continente europeo.
Todo comenzó en las plazas en donde se comerciaba. Allí se encontraban los prestamistas, que ofrecían sus servicios sentados en unos bancos. En el lugar realizaban todo tipo de transacción económica. Uno de los servicios ofrecidos era el de ofrecer intereses por su dinero a los clientes.
Dependiendo de cómo administrara el prestamista ese dinero, el negocio podía salir bien o mal. Ambas partes tendrían que aceptar las consecuencias.
¿De dónde viene la palabra bancarrota?
Cuando los clientes le entregaban el dinero a los prestamistas, lo hacían a cambio de un acuerdo que establecía que recibirían más cantidad cuando fueran a reclamarlo. Todo marcharía sobre ruedas mientras al momento de reclamar la plata, esta estuviera disponible. De no ser así, los prestamistas serían juzgados.
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Existía la posibilidad de que la deuda se pagara con sus propiedades y otros bienes. Un acto de estas características era tomado como un acto de buena voluntad, forma de mantener la palabra y cumplir con sus obligaciones. Cuando esto no pasaba y se demostraba que habían actuado de mala fe, una de las penas que sufrían era tener que romper el banco en el que hacían negocios, en frente a todos los presentes en la plaza. Esto era una vergüenza y además los desacreditaba para seguir ejerciendo su profesión. Los prestamistas también eran expulsados de la ciudad.
