Castelnaud-la-Chapelle es un paisaje que, para los aficionados de la historia medieval y de la naturaleza, resulta imperdible. El poblado francés, que tiene siglos de historia, es un enclave en una montaña, cuya cima tiene uno de los castillos más visitados de Francia.
¿Qué lo hace tan especial? Tal vez que fue quemado apenas se inauguró y reconstruido al año, que cambió de dueño múltiples veces o que está ubicado en un lugar particular. Sea el motivo que sea, forma parte de un poblado que guarda reliquias históricas de la Edad Media, en museos pero también en las mismas paredes de las casas.
¿Cuál es la historia de Castelnaud-la-Chapelle y su castillo?
Castelnaud-la-Chapelle es un pueblo que, como le sucedió a muchos a lo largo de la historia, tuvo que acomodarse a la geografía de la región. Poco a poco, a partir de un enclave cátaro de 1214, los pobladores se establecieron en la colina que bordea el río Dordoña.
Reconstruir la historia del Castillo de Castelnaud, sin embargo, es materia de un libro. En caso de resumirlo, diríamos que:
- Se construyó entre los siglos XI y XII, a la par del establecimiento del pueblo.
- Perteneció a Bernard de Casnac en sus comienzos, hasta que en 1215 fue quemado por el arzobispo de Burdeos.
- Se reconstruyó por completo a mediados del siglo XIII, y un siglo después quedó en manos de la familia Caumont.
- Durante la Guerra de los Cien Años (1337-1453), que enfrentó a los reinos de Inglaterra y Francia, tuvo varios dueños hasta caer en manos inglesas. Lo recuperó Francia en 1437, aunque Inglaterra lo conquistó una vez más.
- La familia Caumont lo tuvo hasta la Revolución Francesa, en 1789, cuando se vendió como bien nacional.
- Quedó abandonado durante casi dos siglos.
- Lo compró la familia Rossillon en 1965 y lo restauró más pronto que tarde.
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El castillo de reliquias históricas
Desde 1966, cuando fue declarado Monumento Histórico, el castillo está abierto al público y es una de las atracciones casi milenarias del país europeo. Pero no es sólo su estructura, de las que partes como la Torre del Homenaje o el muro cortina datan de su reconstrucción, lo que llama la atención.
A él se suman sus vistas periféricas del pueblo y de otras localidades aledañas. Además, cuenta con el Museo de la Guerra en la Edad Media en su interior, que tiene armas, dagas, espadas y armaduras.