Las tarariras, también conocidas como "dientudos", "taruchas" o "pescados negros" según la región, son peces carnívoros que frecuentan en distintos ríos de Córdoba. En su dieta se incluyen peces, insectos y aves, y aunque no es común que muerdan a humanos, de vez en cuando se conoce algún caso.
Para que una tararira resulta un peligro para un ser humano, tienen que reunirse varias condiciones. No sólo tienen importancia el nivel del agua y la época del año, sino que también juegan un papel fundamental sus instintos protectores y carnívoros. Así, la tararira puede llegar a morder cuando:
- Es temporada alta de reproducción, que suele ser entre septiembre y noviembre, con posibilidad de extenderse hasta enero.
- Hace calor y baja el nivel del agua.
- Los nidos, hechos cerca de la orilla, quedan más expuestos a riesgos que durante el resto del año.
Así, cuando una persona camina cerca de los nidos o pisa uno sin querer, corre el peligro de ser mordida rápidamente por las tarariras macho o hembra. Sus ataques son dolorosos, pero a diferencia de las pirañas, las tarariras solo muerden, no quitan partes del cuerpo.
¿Por qué las tarariras no muerden en invierno?
Aunque en esta época, entre octubre y noviembre, se escuchan noticias sobre mordeduras de tarariras, es importante tener en cuenta que sus ataques en humanos no son frecuentes. Son peces carnívoros que sólo se alimentan de animales que pueden cazar o que caen muertos en las aguas donde habitan.
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Si atacan humanos, es más que nada por el instinto protector hacia sus crías, que se intensifica en los mese de mayor reproducción. Durante el resto del año también cuidan de sus nidos, y a pesar de que siempre habitan cerca de la orilla, en invierno hibernan tranquilas.
¿Cuáles son las principales características de estos "peces cordobeses"?
Los ejemplares más grandes de tarariras pueden alcanzar los 80 cm de longitud, aunque lo más común es que tengan un tamaño menor. Su peso varía entre los 2 y los 4 kilogramos.
Se caracteriza por tener una boca ancha con una buena cantidad de dientes, y en términos de consumo humano, tiene una carne magra que es buscada por muchos pescadores.
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No es el pez más habilidoso al momento de nadar velozmente, pero sí puede sortear los obstáculos que aparezcan en el río. Así, llegan a zonas donde antes no estaban, y que suelen ser más transitadas por los humanos.