La música en la radio solía ser tocada en vivo en los primeros tiempos de esta nueva tecnología, antes de la década de 1940. De hecho, la primera emisión radiofónica fue un solo de violín de "O Holy Night" por Reginald Fessenden en la Nochebuena de 1906.
Las primeras emisiones solían ser escuchadas por pocas personas porque los receptores eran fabricados a mano por aficionados. La radio ofrecía a los oyentes una experiencia similar a la que podían tener en los teatros, incluyendo ópera, actuaciones orquestales, comedias y revistas musicales.
¿Por qué la música de la radio solía tocarse en vivo?
Durante la "edad de oro" de la radio, los programas se emitían casi exclusivamente en directo. Esto se debía, en primer lugar, a que el único medio de grabación práctico en aquella época era el disco fonográfico, que tenía una calidad de sonido inferior a la de la música en vivo.
En segundo lugar, sucedía que la mayoría de los sellos discográficos y sus artistas no permitían que se emitieran sus discos. Creían que si uno podía escuchar las canciones en la radio, no saldríamos a comprarlas. ¿Por qué comprar algo que se puede conseguir gratis?
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Esto significaba que la música en vivo era el elemento básico de la mayoría de las emisiones radiofónicas, muchas de ellas procedentes de clubes nocturnos o salones de baile que permitían que su música llegara a los hogares de todo el país.
El fin de la música en vivo
Con el tiempo, no solo mejoró la tecnología como para que las grabaciones tuvieran la calidad deseada, sino que las discográficas y los artistas se dieron cuenta de la verdad: la radiodifusión no perjudicaba a las ventas, sino que las ayudaba.
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Los músicos podían enviar nuevas canciones a las emisoras de radio y los oyentes podían escucharlas antes de salir a comprarlas. También era una forma estupenda de presentar a nuevos artistas y su nuevo material. Esto se mantiene al día de hoy; incluso contamos con estaciones de radio cuya transmisión es casi totalmente musical.
