Durante los días agitados de la Revolución de Mayo, mientras los criollos discutían cómo gobernarse sin el rey de España, una figura inesperada apareció en el centro del debate: una princesa europea. Su nombre era Carlota Joaquina y, aunque vivía en Brasil, estaba convencida de que debía ser la reina de los territorios del Río de la Plata.
¿Una reina en el Río de la Plata?
Su propuesta generó un gran revuelo. Algunos líderes locales la apoyaban como una opción legítima frente al vacío de poder, mientras que otros sospechaban de sus verdaderas intenciones. ¿Cómo fue que esta princesa nacida en España, casada con el príncipe regente de Portugal, casi se convierte en reina del Río de la Plata?
Napoleón no solo armó un lío bárbaro con los reyes de España, sino también con los de Portugal, que huyeron en barco a Brasil en 1808. Brasil era una colonia de Portugal. Una vez en Río de Janeiro, la princesa Carlota Joaquina de Borbón, al enterarse de que su hermano estaba cautivo en Francia, se ofreció “desinteresadamente” a cuidarle sus posesiones en el Río de la Plata. Y empezó a intrigar para lograr sus propósitos.
Algunos patriotas querían una reina
Un grupo de patriotas creyó que si la apoyaba podía, a lo mejor, conseguir la independencia del Río de la Plata. ¿Quiénes? Manuel Belgrano, Nicolás Rodríguez Peña, Hipólito Vieytes, Antonio Beruti, Saturnino Rodríguez Peña y Manuel Padilla, entre otros. Carlota, que había nacido en 1775, tenía 33 años cuando empezó a ambicionar el Río de la Plata.
Brasil: sin rey pero con príncipe
Te habrá llamado la atención que en Brasil gobernara un príncipe y no un rey. Juan VI no había recibido todavía el título porque la reina era su madre, María I. Aunque la pobre mujer no gobernaba porque se había vuelto loca... ¡Ah! Su nombre completo era un poco largo: Maria Francisca Doroteia Josefa Antonia Gertrudes Rita Joana.
Carlota Joaquina: la princesa que quiso ser reina del Río de la Plata
Carlota Joaquina de Borbón nació en Aranjuez, España, en 1775. Era hija del rey Carlos IV de España y, a los solo 10 años, fue comprometida con el príncipe Juan de Portugal, con quien se casó a los 14. En 1808, cuando Napoleón invadió España y obligó al rey Fernando VII a abdicar, Carlota se encontró con un nuevo rol político: desde su residencia en Brasil, empezó a trazar planes para asumir la autoridad en nombre de su hermano.
Aunque nunca logró su objetivo de reinar en el Río de la Plata, Carlota fue una figura muy activa en la política de su tiempo. Se enfrentó con su esposo, participó en intrigas de palacio e impulsó lo que se conoció como el "carlotismo", una corriente que proponía que ella gobernara los territorios americanos como única representante legítima de la monarquía española. Murió en 1830, pero su historia sigue siendo una de las más curiosas de la época revolucionaria.
