El tabaco ha atravesado un largo recorrido en la historia de la humanidad: fue planta sagrada, remedio milagroso, símbolo de estatus, producto industrial y, finalmente, una de las principales causas de enfermedades evitables a nivel mundial. Pero, ¿cuándo empezó todo?
Tres datos clave sobre el tabaco
- Origen: América, más de 8.000 años atrás.
- Industria: James B. Duke impulsó el cigarrillo moderno en 1880.
- Advertencia: En 1964 se publicó el primer informe oficial sobre su daño a la salud.
El tabaco: de ritual sagrado a medicina popular
El uso del tabaco tiene raíces en América. Ya en el año 6.000 a.C., los pueblos originarios del continente cultivaban y utilizaban sus hojas con fines ceremoniales, medicinales y espirituales. Para las culturas precolombinas, como los mayas y los taínos, fumar era una forma de comunicarse con los dioses.
Cuando los europeos llegaron a América, el hábito de fumar los sorprendió. Cristóbal Colón recibió hojas secas de tabaco como obsequio de los nativos en 1492. Desde entonces, su consumo se extendió rápidamente en Europa, donde se pensaba que tenía propiedades curativas. Durante los siglos XVI y XVII, se lo usaba para tratar desde migrañas hasta el asma.
La llegada del cigarrillo moderno
Aunque el tabaco se consumía en forma de rapé, puros o masticado, fue en el siglo XIX cuando nació el cigarrillo tal como lo conocemos hoy. Su expansión se debió, en gran parte, a James Buchanan Duke, empresario estadounidense que revolucionó la industria con la fabricación masiva de cigarrillos mediante máquinas automáticas a partir de 1880.

A inicios del siglo XX, fumar era una práctica popular y socialmente aceptada, reforzada por la publicidad y las películas de Hollywood. Incluso, muchos médicos lo recomendaban como una forma de aliviar el estrés y calmar la ansiedad.
Cuando el tabaco dejó de ser inofensivo
La imagen del tabaco como producto inofensivo comenzó a cambiar en la segunda mitad del siglo XX. Estudios científicos comenzaron a demostrar su vínculo directo con enfermedades como el cáncer de pulmón, las afecciones cardiovasculares y los problemas respiratorios.
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En 1964, un informe del Cirujano General de los Estados Unidos fue clave: por primera vez, un organismo oficial reconocía los efectos dañinos del tabaco en la salud. Desde entonces, comenzaron las campañas antitabaco y las restricciones publicitarias que aún continúan.
De símbolo cultural a objeto de advertencia
Hoy, el tabaco ya no representa salud ni distinción. Pese a las regulaciones, sigue siendo una de las adicciones más extendidas en el mundo. Conocer su historia no solo ayuda a comprender cómo cambió nuestra percepción de esta planta, sino también por qué es importante seguir promoviendo hábitos más saludables.

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