Cada 23 de septiembre, las Bibliotecas Populares celebran su día en conmemoración de la fecha en la que se promulgó la ley que dio origen a la CONABIP, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, el organismo que hoy nuclea a más de 1.500 asociaciones civiles del país.
Esta institución fue creada por Domingo Faustino Sarmiento en 1870, mediante la Ley 419 y tuvo por objetivo fomentar el desarrollo de las bibliotecas populares en todo el país en relación a dos cuestiones: la promoción de la lectura y el encuentro con la comunidad a través de actividades culturales y artísticas.
Las bibliotecas populares llevan a cabo una gran cantidad de actividades, además del préstamo de libros. Muchas de ellas realizan actividades culturales y educativas, como clubes de lectura, clases de distintas disciplinas, encuentros con escritores y escritoras, y mucho más. Así es que desempeñan un papel importante para la comunidad.
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Presentan características muy heterogéneas, tanto en sus dimensiones edilicias como en el personal bibliotecario y en la disponibilidad de tecnología de la información. Oscilan desde las muy pequeñas y limitadas a un ambiente o dos, a veces precarios y con menos de 5.000 libros, ubicadas en zonas desfavorecidas o de incipiente desarrollo poblacional, barriales o semirurales, hasta las grandes y complejas bibliotecas urbanas, transformadas en verdaderos centros multiculturales -varias de ellas con más de una planta edilicia- que superan los 50.000 volúmenes y, en algunos casos, con más de 100.000 obras, siendo hasta modelos en el país y en la región.
Tal como establece el reglamento de la Conabip, las bibliotecas populares se constituyen como Asociaciones Civiles autónomas, son creadas por la vocación solidaria de grupos de vecinos de localidades o barrios y están sostenidas básicamente por sus socios.
