Las mutaciones genéticas son muy frecuentes en las especies de plantas y animales. De hecho, son el hecho principal en el que se basa la evolución de las especies.
Se producen de forma espontánea y cada pequeña mutación le confiere a los individuos características únicas que, en caso de ayudarlos en la supervivencia, pueden pasar a ser características dominantes en las siguientes generaciones.
Es un aspecto fundamental de la teoría de la Evolución de las especies a través de la selección natural, elaborada por Darwin hace casi dos siglos.
En el caso de las mascotas, estas pequeñas mutaciones pueden darle alguna característica extraña para su especie, lo que vuelve a ese ejemplar raro y único.
A continuación, veamos algunas de las más particulares: