La ciudad de Buenos Aires tiene muchos bares notables. Uno de los más destacados es el Café de Los Angelitos, famoso por haber sido frecuentado por el gran Carlos Gardel. Ubicado en la esquina de Rivadavia y Rincón, es uno de los bares más tradicionales.
La historia del Café de Los Angelitos
Se inauguró en 1980 gracias al trabajo del inmigrante italiano Bautisto Fazio. Originalmente se llamaba "Bar Rivadavia" y con el paso del tiempo cambió de nombre. Irónicamente, los vecinos del barrio comenzaron a llamarlo el bar de “los angelitos” porque el lugar era frecuentado por rufianes y buscapleitos que solían pelearse puertas adentro. Por esa época, esta zona de la Ciudad de Buenos Aires estaba habitada por sectores populares y se convirtió en un punto de reunión de “compadritos”.
Más tarde, comenzaron a llegar al café muchos políticos que trabajaban en el Congreso debido a la cercanía. También concurrían escritores, músicos y pensadores de la época. Por sus mesas pasaron músicos de la talla de Osvaldo Pugliese, Cátulo Castillo y Aníbal Troilo, entre otros.
En 1927 se construyó a pocos metros la Casa del Pueblo del Partido Socialista, razón por la cual el café comenzó a ser frecuentado por muchos dirigentes políticos pertenecientes a ese partido, como Alfredo Palacios. Otros personajes habituales fueron Juan B. Justo y Florencio Parravicini.
Cierre y reinauguración
Luego de varias crisis económicas, en 1992 el Café de los Angelitos cerró sus puertas después de más de cien años de historia. Fue tal el deterioro del edificio como consecuencia del abandono, que se ordenó su demolición. Más tarde, en 2006 fue reconstruido y re-inaugurado en 2007 con un gran espectáculo musical.
Carlos Gardel, el visitante más ilustre
Carlos Gardel era habitué del bar y además lo eligió para firmar un contrato discográfico. A partir de 1912 el zorzal criollo estableció su barra en el café cuando formó el dúo con José Razzano, quien compuso un tango titulado precisamente “Café de los angelitos”. En una de sus estrofas dice: “¡Café de los Angelitos! / ¡Bar de Gabino y Cazón! / Yo te alegré con mis gritos en los tiempos de Carlitos, por Rivadavia y Rincón”.
Gardel vivió a poco más de una cuadra de distancia, en Rincón 135, en un departamento de un bello edificio afrancesado construido en 1925. En la actualidad luce en la fachada una placa que recuerda al ilustre habitante.