Al utilizar la palabra “cementerio”, la mayoría de los hispanohablantes comprenden que se hace referencia a un lugar puntual, donde descansan los restos de fallecidos.
Y, si bien los cementerios están presentes en todo el mundo, muy pocas personas saben cuál es su significado y de qué palabras aún más antigua deriva.
Además, también se desconoce que, cuando se utilizó por primera vez en el castellano, se pronunciaba sin la “n”.
¿De qué palabra deriva “cementerio”?
Antes de la utilización de la palabra cementerio, las antiguas civilizaciones se referían a estos lugares con el término “necrópolis”, que es de origen griego y significa “ciudad de los muertos”.
Pero, si bien necrópolis se mantuvo como un sinónimo muy frecuente, “cementerio” ganó popularidad con el correr de los años y, gracias a una serie de estudios, se llegó a la conclusión de su origen y significado.
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En síntesis, esta palabra proviene del latín vulgar “cementeriu”, que deriva del latín culto “coemeterium”, que hace cientos de años se desprendió del griego “koimeterion”.
Y, en relación a las creencias religiosas, el significado de “cementerio” es dormitorio o espacio de descanso.
¿Por qué esta palabra se pronunciaba sin “n” en la antigüedad?
Una de las mayores curiosidades es el vínculo que la palabra cementerio tiene con el término del latín vulgar “cementeriu”, que fue el primero que se utilizó dentro del castellano.
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Es decir, los primeros hablantes que incorporaron este término, lo pronunciaban sin la letra “n”. Por lo tanto, no era incorrecto hacer referencia a estos establecimientos con la palabra “cemeterio”.
Pero, en algún momento puntual de la historia, se le agregó la “n” y hay dos hipótesis principales sobre por qué sucedió:
- Para mejorar su pronunciación, ya que “cementerio” sin la letra “n”, es complicado.
- Por su vínculo incorrecto con el término latín “caementa”. Se creía que “cementerio” era un derivado de esta palabra, que se traducía como “piedra quebrada” o “cemento”, utilizado, a su vez, para la construcción de nichos y tumbas.