San Martín decide regresar a Argentina
San Martín estaba asentado en Europa, a cargo de su hija, preocupado por su educación. Así es que redactó las máximas para Merceditas, donde planteaba sus ideales educativos. De esta forma pasaba sus días hasta que decidió regresar a Argentina con el propósito de pasar sus últimos años en sosiego, pues suponía que por estas tierras reinaba la tranquilidad. Pero se equivocó.
Según cuenta el historiador Felipe Pigna, un amigo de San Martín fue quien le compró el pasaje en Londres hacia Buenos Aires a nombre de “José Matorras” para eludir la vigilancia de los servicios de espionaje español.
San Martín llega al Río de la Plata
San Martín se embarcó con destino al Río de la Plata, junto con su amigo Eugenio Soto, en el barco Countess of Chichester. El 15 de enero de 1829 el barco hizo escala en Río de Janeiro. Allí San Martín se enteró por la prensa local de que su antiguo oficial de Granaderos, Juan Lavalle, había derrocado y fusilado a Manuel Dorrego, hecho que marcó el inicio de la guerra civil.
Visualizando las costas de Buenos Aires desde la cubierta del barco, San Martín decidió no desembarcar. Temía represalias en su contra e intuía que su vida podía estar en peligro si pisaba el suelo de Buenos Aires. Permaneció en el buque y recibió la visita de sus queridos amigos, el coronel Manuel de Olazábal y el sargento mayor Pedro N. Álvarez de Condarco, quienes le regalaron una caja de duraznos.
San Martín y las guerras civiles
San Martín les dijo: “Yo supe en Río de Janeiro sobre la revolución encabezada por Lavalle y el fusilamiento de Dorrego. Mi sable no se desenvainará jamás en guerras civiles”. Así lo cuenta el propio Olazábal en sus memorias, quien también nos dice que había engordado y estaba canoso, pero que mantenía los ojos centelleantes de siempre.
Tal vez te puede interesar > 17 de Agosto: descargá gratis las secuencias didácticas imprimibles sobre San Martín para Primer y Segundo Ciclo.
Entonces, decidió ir hacia Montevideo, donde fue recibido por el General Rondeau, jefe del naciente Estado. Luego de permanecer allí durante tres meses, finalmente San Martín regresó a Europa.
El exilio en Europa
Durante los años que duró su exilio, San Martín mantuvo contacto con sus amigos en Buenos Aires, tratando de interiorizarse de lo que sucedía. En 1831 se radicó en Francia, en una finca de campo cercana a París. Tres años más tarde, gracias a dinero ahorrado y a la venta de las fincas con que lo habían premiado el Gobierno de Mendoza y el de Perú, se mudó a una casa que compró en la villa de Grand Bourg, actualmente parte de la ciudad de Évry, departamento de Essonne, a corta distancia de París.
San Martín con Alberdi y Sarmiento
Recibió la visita de personajes americanos, en general jóvenes románticos y liberales, exiliados de su país, como Juan Bautista Alberdi (en 1843) y Domingo Faustino Sarmiento (entre 1845 y 1848), que viajó a Europa por encargo del Gobierno de Chile y se encontró con San Martín en varias oportunidades. Hasta sus últimos años mantuvo correspondencia con su gran amigo Tomás Guido, quien lo mantenía informado sobre la situación en América.