La palabra gualicho nació con los pueblos originarios de América del Sur. Más precisamente, proviene de walichu, que en mapuche significa alrededor de la gente. En aquel entonces, esta palabra era sinónimo de una presencia sobrenatural maligna o dañina que los ponía en riesgo.
La palabra gualicho fue adoptadas por muchos pueblos originarios
Fue adoptada por los mapuches, pampas, ranquel y tehuelches. Estos últimos, por ejemplo, decían que gualicho era un espíritu fuerte, irritable y engañoso que generaba enfermedades y dañaba su entorno. Para "calmar" a este ser, se realizaban rituales y ceremonias donde se le entregaban distintas ofrendas para evitar su influencia.
Con la llegada de los españoles al continente, el significado de la palabra cambió pero aún conserva su esencia y continúa relacionándose con lo maligno. Actualmente, el termino gualicho no está asociado a una criatura o un espíritu sino a un accionar de magia negra.
¿Qué otras palabras que usamos hoy provienen del mapuche?
Chile y Argentina han heredado varias palabras del mapudungún (o mapuche) en su vocabulario. Algunas de ellas son:
- Laucha: pequeño ratón
- Poncho: prenda de abrigo cuadrada, con una abertura en el centro.
- Pucho: colilla de cigarrillo. Algunos dicen que viene de la palabra "puchuln" (dejar sobras o restos) mientras otros dicen que viene del quechua "puchu" (que significa sobrante o residuo).
- Quiltro: perro que no pertenece a una raza especial.
- Pichintún: es decir, poquitito. En mapudungún, "pichi" significa poco.
- Cahuín: si bien en la comunidad mapuche se usaba para referirse a sus reuniones periódicas, hoy se utiliza mayoritariamente en Chile para describir un comentario mal intencionado que termina generando una situación confusa.
- Funa: manifestación o repudio público contra una persona. En mapudungún se le dice funa a algo podrido o que se echa a perder.
- Por otra parte, muchos nombres de ciudades, provincias, lagos y ríos de Chile y Argentina provienen del mapudungún. En Chile, algunos ejemplos son: Chiloé, río Mapocho, Maule, Coyhaique y Curacautín. Y en Argentina, Neuquén, Lago Puelo, Loncopué y Macachín, entre muchas otras.
- Varios árboles y plantas también heredaron sus nombres de esta lengua. Litre, copihue, quillay, luma y coigüe son algunos de ellos.