Luego del invento del Kinetoscopio de Edison, llegaría el cine de la mano de los hermanos Lumière, uno de los inventos más populares que dio origen a una de las mayores industrias culturales del siglo XX
La historia de los hermanos Lumière
La familia Lumière estaba acostumbrada a trabajar con imágenes. El padre Antoine tenía un estudio de fotografía. Y también era muy emprendedor, al punto que montó una fábrica para elaborar placas de bromuro de plata, que se utilizaban para sacar fotografías. Le fue mal, pero lo salvó de la ruina su hijo Louis al inventar unas placas más sencillas y baratas. Es que Louis (1864-1948) era el científico de la familia, ya que había estudiado Física. Auguste (1862-1954), en cambio, era buen administrador. Juntos, quedó demostrado, funcionaban muy bien.
El primer cinematógrafo, es decir, el primer aparato que filmaba y proyectaba, fue patentado el 13 de febrero de 1895. Louis empezó a rodar con él las primeras películas, de una longitud de 17 metros cada una (casi un minuto de proyección), que era la máxima capacidad que permitía la máquina. Tenía la forma de un cajón de madera, cuadrado, apoyado en cuatro patas.
Para la época de la invención del cinematógrafo, se habían hecho muchos avances en la técnica de capturar imágenes en movimiento. El problema sin resolver era proyectarlas en la pantalla del mismo modo y que no quedaran estáticas. Todo lo resolvió Louis Lumière en una noche de insomnio, contó Auguste, su hermano. ¿Cómo? Inspirado en el funcionamiento de la máquina de coser, más exactamente en el de la cápsula porta agujas. Gracias a eso se pudieron proyectar al menos diez imágenes por segundo, para conseguir la ilusión de movimiento. “Fue una revelación. En una noche, mi hermano había inventado el cinematógrafo”, dijo Auguste.
Gran estreno gran
El 28 de diciembre de 1895 en el Salón Indio del Grand Café, en el número 14 del Bulevar de los Capuchinos, en París, los carteles anunciaban “¡Vengan a ver!”. Las personas asistentes podrían ver nada menos que diez películas, aunque todas juntas no duraban más de veinte minutos. Los actores eran familiares y amigos. Igual, valía la pena: era la primera vez que se vería cine. Y proyectado y filmado por sus propios inventores, los hermanos Auguste (1862-1954) y Louis Lumière (1864-1948).
En el programa había de todo un poco: Salida de los Obreros de la Fábrica Lumière, Riña de Niños, La Fuente de las Tullerías, Llegada de un tren, El Regimiento, El Herrero, La Partida de Naipes, Destrucción de las Malas Hierbas, Derribo de un Muro y El Mar. Hoy se lo llamaría cine documental. Pero en ese entonces el cine les puso los pelos de punta a los espectadores, sobre todo la película sobre a la llegada del tren, ya que cuando la locomotora se puso en movimiento en dirección a la platea, la gente se levantó porque creyó que se les venía encima.