Nadia Comaneci fue la primera gimnasta de la historia que obtuvo un puntaje perfecto en los Juegos Olímpicos. Ocurrió en la edición 1976, cuando con tan solo 14 años representó a Rumania y ganó tres medallas de oro, una de plata y una de bronce.
Debutó de forma amateur en el Campeonato Juvenil de Rumania en 1969, donde alcanzó el puesto 13. Rápidamente, comenzó a lucirse en el ámbito local y trascendió al plano internacional hasta volverse la protagonista de aquella hazaña inolvidable.
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Sin embargo, en medio del éxito deportivo, se vio sobrepasada de exigencia. Según explica TELAM, la gimnasta olímpica "tuvo un intento de suicidio, aunque hay versiones que indican que fueron dos". Su situación tomó trascendencia mundial y, el entonces gobierno de Rumania, le pidió que se alejara del deporte. Aunque lo hizo, retomó poco tiempo después para redoblar la apuesta.
Volvió a representar a su país en los Juegos Olímpicos de 1980 y logró dos medallas de oro y tres de plata. Pero su relación con su tierra natal se vio afectada nuevamente por intereses económicos. "Sin quererlo, formó parte de un plan estratégico del gobierno comunista rumano para generar dinero con su imagen". Pese al mal momento que vivió, no aceptó propuestas de otros países.
Finalmente, se retiró antes de cumplir 20 años. Desde entonces, se dedica a organizar eventos de gimnasia artística para jóvenes y gestiona una academia en Oklahoma, Estados Unidos, país donde reside actualmente.