En Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil es sumamente común cruzarse con personas con el termo bajo el brazo y el mate en la mano. Sin embargo, del otro lado del mundo esta infusión también está muy presente, aunque probablemente cueste imaginarlo. Parte de la exportación de nuestra yerba mate llega hasta el Medio Oriente: la reciben países como el Líbano, Turquía, Egipto, Jordania, Israel y Arabia Saudita. Sin embargo, quien figura primero en la lista es Siria.
En cuanto a números, el Instituto Nacional de la Yerba Mate difundió que de las 41 mil toneladas exportadas por Argentina en 2022, 30 mil tuvieron como destino Siria. Es decir, el 74,2% de las exportaciones, por un valor de 91 millones de dólares.
La forma de tomarlo en similar a la de la Argentina, con yerba gruesa, incluso con palo. Sin embargo, no todo es similar: los sirios no comparten el mate. Toman del mismo termo, pero no comparten la bombilla.
Ahora bien, ¿cómo es que llegó esta tradición tan Sudamericana a un lugar sumamente lejano como Medio Oriente?
Cómo llegó el mate a Siria
La historia se remonta a una ola de inmigración siria que recibió nuestro país entre 1860 y 1870. Recién con la información del censo de 1947 se pudo cuantificar de forma oficial: el país había recibido a 32.789 sirios. En la actualidad, se estima que existen alrededor de 3,5 millones de inmigrantes y descendientes en Argentina. Esta comunidad se convirtió en el tercer grupo inmigrante más grande de Argentina, luego de los italianos y los españoles.
A pesar de que muchos de ellos se establecieron en nuestras tierras, algunos volvieron a su país de origen y se llevaron consigo esta querida tradición.