La investigación en psicología del desarrollo ha mostrado la importancia de los estilos de vida en la salud y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes, así como su influencia en etapas posteriores del ciclo vital.
En la infancia y adolescencia, los beneficios para el desarrollo que tiene la actividad física y deportiva como factor de protección siguen una relación de dosis–respuesta. Se recomienda al menos una hora diaria de actividad física de moderada a vigorosa.
En esta población, la actividad física se ha asociado con un menor colesterol, una menor presión sanguínea, y menor tasa de obesidad y de sobrepeso. La actividad física también aporta beneficios sociales, al facilitar el desarrollo de habilidades sociales y cooperativas, y mejores relaciones con el profesorado y los compañeros.
Beneficios para la salud mental
También son bien conocidos los efectos de la actividad física en la salud mental: se asocia a un menor riesgo de depresión, de ansiedad y estrés, de problemas de autoestima, así como con un mejor funcionamiento cognitivo e intelectual, que estuvo a su vez asociado con un mejor rendimiento académico.
Recientemente, varios estudios de nuestro grupo de investigación en la Universidad de Huelva han mostrado que la participación deportiva se asociaba con menos síntomas depresivos, así como con una mayor satisfacción vital y una mayor satisfacción corporal en la adolescencia.
Menos deporte, más videojuegos
En los últimos años, los datos de estudios internacionales están subrayando el descenso en la práctica de actividad física durante la adolescencia, así como el incremento en el uso de videojuegos, el uso de redes sociales o el tiempo delante de pantallas.
A su vez, tras la pandemia, son múltiples las evidencias recabadas que alarman del incremento en los problemas de salud mental en la población infantojuvenil, así como del perjuicio del tiempo pasado delante de las pantallas.
¿Qué hace más feliz?
Hemos investigado el efecto diferencial que tienen la práctica deportiva o el uso de videojuegos en la satisfacción vital de una muestra de más de 10 000 niños y niñas de 12 años de nueve países de la Unión Europea, analizando los datos del estudio Children’s Worlds.
Los resultados indicaron que tan sólo el 26.4 % de la muestra practicaba deporte a diario, mientras que el 39.3 % de la muestra usaba videojuegos cada día.
Además, vimos que mientras una mayor práctica de actividad deportiva correlacionaba con una mayor satisfacción vital, no se hallaba una asociación destacable respecto al uso de videojuegos.
Diferencias de género
También observamos diferencias de género relevantes. Así, los mayor niveles de satisfacción vital fueron encontrados en los chicos con más frecuencia de actividad física y menor uso de videojuegos, mientras que los menores niveles de satisfacción vital los mostraron las chicas con menor práctica deportiva y más uso de videojuegos.
Estos resultados subrayan la necesidad de diseñar e implementar programas de fomento de la actividad física y deportiva como medidas para proteger el bienestar psicológico de nuestros niños, niñas y adolescentes.
Para ello, se requiere trabajar de la mano entre los entornos familiar, escolar y comunitario, y abordar las diferencias de género existentes para evitar que se perpetúen a lo largo del desarrollo.
(c) The Conversation / Diego Gómez-Baya (Universidad de Huelva) / imagen: Freepik