Hace muchos años, los cazadores utilizaban a sus perros para que los ayudaran a conseguir sus presas: los lanzaban contra otros animales de gran tamaño, con el objetivo de cansarlos y que sea más sencillo atraparlos más tarde. Así surgió la frase: “Tirar los perros”, que luego evolucionó en "tirar los galgos".
Esta técnica no funcionaba con las presas más pequeñas porque corrían muy rápido. Un ejemplo de esta situación eran las liebres, que no podían ser alcanzadas por cualquier perro. Por eso, los galgos, que eran los perros de la Galias, cobraron protagonismo en esta actividad y comenzaron a ser pensados como perros de caza. También se la relaciona a la persecución de los caninos machos a las hembras en el momento de el celo.
De aquí viene que, tirarle los galgos a alguien esté relacionado a la idea de la conquista, de "estar atrás de alguien".
"Tirar los galgos": ¿qué significa en Argentina?
"Tirar los galgos" es una frase análoga a "arrastrar el ala" y en Argentina se usa como una expresión relacionada al cortejo o insinuación amorosa, mayormente de hombres a mujeres.
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A veces, una persona deseaba conquistar a otra, pero la segunda resultaba esquiva, entonces, se lo compara, aunque hoy haya caído en desuso, con la situación de caza, de atrapar una presa difícil. También se asocia la frase a la siguiente definición: “dificultad para alcanzar a una persona o para obtener algo”, que también puede vincularse al mundo de las citas.
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En otros países de América Latina como Colombia, Ecuador, Venezuela, México, Guatemala y Puerto Rico, se usa la versión "echar los perros".
Hoy en día, esta frase podría tener una connotación negativa, por estar ligada a la insistencia e incluso a la violencia animal.
