El Parque Nacional de Sarek se encuentra en el norte de Suecia, dentro de la región de Laponia, y se fundó en 1909. Esta fecha no solo lo convierte en el parque nacional más antiguo del país, sino también en el más antiguo de Europa. Su creación formó parte de un ambicioso proyecto sueco para preservar la biodiversidad del norte del país y marcar un precedente en la conservación ambiental del continente.
Sarek forma parte de un extenso territorio montañoso que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tiene una extensión de más de 1.970 km² y está rodeado por otros parques, como Stora Sjöfallet y Padjelanta, formando un corredor natural de paisajes únicos. Este parque se destaca por sus más de 100 glaciares, seis de las montañas más altas de Suecia, y valles fluviales esculpidos por la acción del hielo y el tiempo.
Características del parque nacional más antiguo de Europa

Lo que hace especial al Parque Nacional de Sarek es su naturaleza prácticamente intacta. No hay caminos marcados ni infraestructura turística dentro del parque, lo que obliga a los visitantes a tener experiencia previa en excursiones de montaña. El acceso suele hacerse desde las localidades cercanas como Kvikkjokk o Ritsem, y es común que los viajeros lleguen a pie o en helicóptero durante los meses de verano.
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Entre sus paisajes, se pueden observar grandes extensiones de tundra, profundos cañones y bosques subárticos. La fauna es igualmente impresionante: renos, alces, osos pardos, glotones y linces habitan la región, junto a una gran variedad de aves como el águila real. Además, es un territorio clave para el pueblo sami, comunidad indígena que ha convivido con este entorno durante siglos y que aún cría renos en la zona.
Turismo y conservación en el parque nacional más antiguo de Europa

Visitar el Parque Nacional de Sarek es una experiencia para los aventureros. Por su falta de caminos señalizados y refugios, solo es recomendable para personas con conocimientos de navegación en montaña y experiencia en condiciones extremas. Sin embargo, su aislamiento también lo convierte en un destino único para quienes buscan explorar una de las últimas grandes áreas salvajes de Europa.
Suecia ha trabajado activamente en la conservación de este parque y promueve el turismo responsable, con un enfoque que respeta tanto la biodiversidad como la cultura de los pueblos originarios. Gracias a estas políticas, Sarek se mantiene como un refugio ecológico clave para el estudio del cambio climático y la preservación de especies endémicas.