En los bosques tropicales de Australia y algunas regiones de Indonesia crece una planta que parece inofensiva a primera vista, pero que ha despertado la fascinación y el temor de científicos y aventureros: la Gympie, cuyo nombre científico es Dendrocnide moroides.
A simple vista, sus grandes hojas en forma de corazón y sus pequeños frutos blancos podrían recordar a cualquier arbusto común, pero su verdadera particularidad está en la superficie de sus hojas.
La Gympie está cubierta de pelos urticantes que funcionan como agujas microscópicas capaces de atravesar la piel. Una vez dentro, liberan una potente neurotoxina que causa un dolor intenso y persistente, descrito por algunos investigadores como “peor que una quemadura”.
Una planta con un mecanismo de defensa único

El peligro de la Gympie radica en su sistema de defensa natural. Los finísimos pelos de sus hojas no solo cortan al contacto, sino que también inyectan una sustancia química que afecta directamente al sistema nervioso.
- Nombre científico: Dendrocnide moroides.
- Hábitat: selvas húmedas de Australia y algunas zonas de Indonesia.
- Peligrosidad: sus toxinas pueden causar dolor que dura semanas, meses e incluso años.
- Curiosidad científica: las agujas se mantienen activas incluso en hojas secas guardadas por décadas.
Los primeros registros del efecto de la Gympie datan de relatos de colonos y militares en el siglo XX. Existen anécdotas de caballos que, tras rozar sus hojas, murieron en cuestión de horas por el dolor y el shock.
Mirá También

¿Para qué sirve la lavanda? Usos y beneficios de la planta aromática más conocida del mundo
Las consecuencias del contacto con la Gympie
El contacto con esta planta no es un simple accidente de la naturaleza. Quienes han sufrido su picadura describen un dolor punzante que puede extenderse por todo el cuerpo. En los casos más graves, los efectos incluyen hinchazón, dificultad para respirar e incluso la necesidad de hospitalización.
Además, la particularidad de esta toxina es su duración: a diferencia de otras plantas urticantes, la Gympie puede causar molestias por años, ya que los pelos se incrustan en la piel y continúan liberando veneno cada vez que se mueven.
Gympie: entre el misterio y la investigación científica

La ciencia aún estudia a fondo los componentes químicos de la toxina de la Gympie. Algunos especialistas creen que podría servir para desarrollar nuevos analgésicos, debido a su capacidad de interactuar con los receptores del dolor. Sin embargo, la planta sigue siendo un riesgo latente para animales y personas que transitan por su hábitat natural.
Hoy, la Dendrocnide moroides es considerada una de las plantas más dolorosas del mundo, y en Australia existen advertencias específicas para evitar el contacto con ella. Lo curioso es que, pese a su peligrosidad, forma parte del delicado equilibrio ecológico de las selvas tropicales que habita.
