Ceferino Namuncurá fue un joven mapuche nacido el 26 de agosto de 1886 en Chimpay, Río Negro, una tierra habitada por mapuches y tehuelches.
Se lo conoce por ser el primer ser humano perteneciente a un pueblo originario en ser reconocido como beato por el Papa. La categoría de "beato" significa que se la persona es declarada "bienaventurada" por parte de la Iglesia Católica luego de fallecer. Una condición importante para nombrar a alguien de esta forma es que debe ser corroborada al menos una acción suya que haya provocado un milagro.
Hoy, Ceferino Namuncurá es una de las figuras religiosas más importantes de la zona patagónica.
¿Cuál es la historia de Ceferino Namuncurá?
Ceferino venía de una fuerte estirpe al momento de nacer. Su abuelo fue el reconocido cacique Juan Cafulcurá; su padre, un famoso líder mapuche llamado Manuel Namuncurá.
Tanto Juan como Manuel habían luchado contra las fuerzas del Ejército Argentino, comandado por Julio Argentino Roca, durante la llamada Conquista del Desierto. En aquél momento, el territorio estaba en disputa por donde se lo mire. Las violentas campañas militares llevadas a cabo entre 1879 y 1884 le arrancaron miles de hectáreas de tierras a los pueblos indígenas, sus propietarios originales.
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Manuel Namuncurá no fue la excepción a este proceso. Perdió el dominio de sus tierras en 1885 y tuvo a Ceferino un año después, cuando su pueblo todavía no había sido desplazado por completo.
En 1894, Manuel Namuncurá viajó a Buenos Aires a reclamar los títulos de propiedad de la tierra para su pueblo al presidente de la Nación, Luis Sáenz Peña. El Congreso le prometió ocho leguas en Chimpay, pero estas jamás le serían otorgadas.
El camino a Buenos Aires y un triste ¿final?
Ceferino, ya lo suficientemente grande para entender lo que estaba sucediendo y testigo de la tristeza de su padre, lloraba al ver las injusticias a las que se enfrentaba su comunidad. Por ello le dijo al cacique: "¡Cómo nos encontramos después de haber sido dueños de esta tierra! Ahora nos encontramos sin amparo. ¿Por qué no me llevas a Buenos Aires a estudiar? Y yo podré estudiar y ser un día útil a mi raza”.
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Manuel aceptó la sugerencia de Ceferino y lo mandó a Buenos Aires. Su hijo terminó en la Escuela de la Armada, pero no logró adaptarse. Tras la intervención del mismísimo presidente Sáenz Peña, fue enviado a un colegio salesiano.
En 1901, después de cuatro años de estudio, su salud comenzó a deteriorarse. La tuberculosis lo había enfermado de manera irreversible. Murió finalmente en 1905, un frío 11 de mayo, a los 18 años de edad.
¿Por qué se beatificó a Ceferino Namuncurá?
Valeria Regina Herrera, una mujer cordobesa de 24 años, cuenta que, según ella, se curó de un cáncer de útero gracias a un milagro que atribuyó a Ceferino Namuncurá. Explica que al ver que Ceferino estaba en proceso de beatificación y necesitaba un milagro para ser declarado oficialmente beato, miró la imagen y pidió que la sanara.
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Cuando Valeria se curó y pudo tener hijos, la junta médica del Vaticano lo consideró un antecedente válido para beatificar Ceferino. La propuesta sería aceptada por el Papa Benedicto XVI ese mismo año, dando lugar así al primer beato de un pueblo originario argentino.
