Desde hace generaciones, quienes leen cuentos en voz alta suelen cerrarlos con una misma frase: “Colorín colorado, este cuento se ha acabado”. Es una expresión tan conocida que forma parte de la memoria colectiva, especialmente en la infancia. Pero, aunque muchos la asocian con la niñez, pocos conocen su verdadero origen y significado.
El uso de frases para cerrar relatos no es exclusivo del idioma español. En inglés, por ejemplo, se utiliza “And they lived happily ever after” o “The end”. Pero la versión hispana tiene un encanto propio que combina lo musical, lo rítmico y lo simbólico.
Mirá También
¿Cuál es el origen de la frase “luna de miel”?
Tres datos curiosos sobre “Colorín colorado”
- La frase es una rima pareada, lo que facilita su memorización y hace que se vuelva pegadiza, sobre todo para los niños.
- Tiene equivalentes en otras lenguas, como el inglés (“That’s all, folks!”), aunque con estilos distintos.
- Fue utilizada en obras de teatro y literatura para parodiar o resignificar los finales felices tradicionales.
¿Qué significa “Colorín colorado”?
Aunque hoy se entiende como una fórmula de cierre, la expresión “Colorín colorado” parece no tener un significado literal claro. Algunos lingüistas afirman que se trata de una fórmula poética tradicional usada desde hace siglos como forma de concluir cuentos de transmisión oral.
Las palabras “colorín” y “colorado” podrían hacer alusión a lo pintoresco de la historia, a los colores imaginarios del cuento o simplemente a la sonoridad de las palabras rimadas. También existe la teoría de que derivan de refranes más antiguos o juegos verbales que se utilizaban en la tradición popular.
El origen de una frase con historia
No se sabe con certeza cuándo surgió por primera vez la frase, pero se cree que comenzó a utilizarse en España durante la Edad Media, cuando los cuentos populares se transmitían oralmente. Con el tiempo, su uso se expandió a América Latina, donde se volvió parte de la cultura infantil.
Además, al estar compuesta por palabras simples y repetitivas, fue especialmente efectiva para captar la atención de los más chicos y marcar con claridad el final del relato. Incluso algunos autores y narradores contemporáneos la resignificaron en títulos de libros, artículos o adaptaciones, como una forma de rendir homenaje a la tradición.
¿Por qué seguimos usándola?
A pesar del paso del tiempo, “Colorín colorado” se mantiene vigente. Su estructura rítmica, su carácter lúdico y su vínculo con la infancia la convierten en una fórmula mágica que marca el cierre de una aventura contada. Más que una simple frase, es una puerta de salida del mundo imaginario y una invitación a volver a entrar en él, cada vez que alguien dice “Érase una vez…”