En la Tierra hay un lugar donde no vive nadie, no hay islas, ni barcos, ni señales de civilización. Ese sitio se llama Punto Nemo, y aunque parezca salido de una novela de ciencia ficción, es completamente real. Este punto del Océano Pacífico es tan inaccesible que se ha convertido en el cementerio espacial de nuestro planeta: el destino final de satélites, estaciones y objetos espaciales que ya no están en funcionamiento.
Datos curiosos del cementerio espacial:
- El Punto Nemo se ubica en las coordenadas aproximadas 48°52.6′S 123°23.6′W.
- La estación Mir fue una de las estructuras más grandes que terminó allí.
- El área alrededor del Punto Nemo no tiene corrientes marítimas intensas ni vida marina abundante.
¿Qué es el Punto Nemo y por qué es tan especial?
El Punto Nemo se encuentra exactamente a 2.688 kilómetros de cualquier masa terrestre. Está rodeado por las costas de Nueva Zelanda, la Antártida y América del Sur, pero tan lejos de ellas que es considerado el lugar más aislado del mundo. Su nombre rinde homenaje al famoso Capitán Nemo de Veinte mil leguas de viaje submarino, la novela de Julio Verne.

Por sus características únicas, fue elegido como el mejor lugar para que los objetos espaciales reingresen a la Tierra sin representar peligro para las personas. Como no hay habitantes ni barcos navegando regularmente por la zona, el riesgo de accidentes es prácticamente nulo.
El cementerio espacial y sus inquilinos más famosos
Desde 1971, el Punto Nemo ha sido el destino final de más de 260 naves espaciales. Se estima que más de 100 toneladas de chatarra espacial descansan en sus profundidades. Entre los restos más famosos se encuentra la estación espacial rusa Mir, que fue dirigida hacia el cementerio en el año 2001, después de más de una década en órbita.
Este “cementerio” también recibe partes de satélites, cargueros automáticos y fragmentos de estaciones espaciales que se desintegran al ingresar a la atmósfera. Algunas piezas logran sobrevivir a ese reingreso y terminan hundidas en el océano.
Un rincón del océano donde descansan restos del espacio
El cementerio espacial plantea también un debate sobre la contaminación en los océanos. Aunque el lugar fue elegido para minimizar riesgos, los expertos advierten que, con el paso del tiempo, habrá que revisar los efectos ambientales de dejar toneladas de materiales tecnológicos sumergidos en el mar.
Sin embargo, por ahora, el Punto Nemo sigue cumpliendo su función silenciosa: ser el lugar al que regresan, por última vez, los artefactos que alguna vez viajaron más allá de la Tierra.

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