En la provincia de Tierra del Fuego se encuentra el Tren del Fin del Mundo, el más austral del planeta. Conocido formalmente como Ferrocarril Austral Argentino, une el Parque Nacional con las cercanías de la ciudad de Ushuaia y recorre una extensión de 8 kilómetros a una velocidad aproximada de 50 kilómetros por hora.
En 1902, se comenzó a construir la Prisión Nacional de Ushuaia y, en paralelo, el primer xylocarril, que circulaba sobre vías de madera y tenía una locomotora a vapor con coches planos que eran empujados por animales o incluso por los presidiarios.
Ya en 1910, fue reemplazado por un ferrocarril de vías estrechas de metal. Este fue conocido como el Tren de los presos porque se usaba para transportar mercaderías a la cárcel que funcionó entre 1909 y 1947. En aquel entonces, recorría 25 kilómetros hasta el monte Susana.
Una vez que la prisión fue cerrada, el tren se usó para la producción de los aserraderos locales. Sin embargo, pocos años después, un terremoto sacudió la ciudad y dañó la infraestructura de las vías, haciendo que deje de circular.
En 1994, una empresa privada decidió refundarlo con fines turísticos. El actual recorrido comienza en la Estación del Fin del Mundo y rescata los últimos 7 kilómetros del original con una parada intermedia en la Estación La Macarena, donde los pasajeros pueden tomarse fotos y disfrutar de una gran vista panorámica.