El 29 de enero de 2017 fue un día especial para los habitantes de Epecuén. En aquel lago, el cual había provocado la destructiva inundación del lugar 30 años antes, la Municipalidad de Adolfo Alsina logró un peculiar récord: Se trata del mayor número de personas unidas flotando, sin ningún tipo de asistencia.
Villa Epecuén está ubicada en el partido de Adolfo Alsina, provincia de Buenos aires, a poco más de siete kilómetros de la localidad de Carhué. Según revisó y aprobó la entidad de récords Guinness, se registraron aquel día 1.941 personas flotando tomadas de la mano. De esta manera se superó al entonces vigente caso de China: 650 personas.
"Estamos muy contentos, la verdad es que las imágenes del momento vistas desde el dron son impresionantes", había celebrado en su momento el director de Turismo, Javier Andres.
El récord se batió en el marco de un gran evento: la Fiesta del Turismo Termal, a la cual asistieron más de 6.000 personas para participar o simplemente presenciar el día histórico. Además de presentarse oficialmente el récord Guinness, se eligió a la Reina Provincial del Turismo Termal y se concluyó con un recital de Alejandro Lerner en la plaza Nicolás Lavalle.
Para marcar este hito, al agua entraron ordenadas en grupos de 50 personas dependiendo del nivel de nado y edades, con ayudantes identificados por números y colores.
Epecuén, la historia del pueblo inundado
Villa Epecuén está ubicada en el partido de Adolfo Alsina, provincia de Buenos aires, a poco más de siete kilómetros de la localidad de Carhué. Fue fundada en el año 1921 a orillas del lago Epecuén y llegó a tener cerca de 1.500 habitantes.
Una de las características destacadas de Epecuén es el alto nivel de salinidad del agua. Esto habilitó las aguas termales que hicieron crecer el interés turístico en la zona. Desde entones, el pueblo no paró de crecer. Se desarrolló su infraestructura urbana, se inauguraron hoteles y residencias y se crearon industrias vinculadas a la sal.
Para 1980 el panorama se agrava como consecuencia de las fuertes lluvias que amenazan al pueblo de Epecuén, ya que la laguna crecía cada año, lo que provocaba el riesgo de que se rebalse el terraplén de la costa. En 1985 la provincia de Buenos Aires sufría una de las peores inundaciones de la historia por el desborde del Río Salado.
Durante esa crecida, los vecinos del pueblo temían que el terraplén cediera ante la fuerza del agua, pero las autoridades municipales y provinciales desestimaron el riesgo. Finalmente, el 10 de noviembre de 1985 sucedió lo tan temido. La contención cayó y el pueblo quedó bajo el agua. La población fue evacuada en su totalidad durante un lapso de dos semanas. El pueblo quedó vacío y los habitantes perdieron todo lo que tenían por efecto de la inundación.
A partir de acá el agua fue cubriendo lenta pero implacablemente al pueblo de Epecuén, cuyas ruinas quedaron inundadas durante dos décadas. Para el año 1993, la localidad se encontraba a siete metros bajo el agua. Pero lo trabajos de contención que se hicieron posteriormente hicieron que el agua comience a bajar.