Desde su creación en 1812, la bandera argentina vivió tantas aventuras como los defensores de la patria. En esta nota te contamos el recorrido que atravesó la bandera del Ejército de los Andes en 1866.
San Martín envió a Mendoza, como reconocimiento a los esfuerzos y sacrificios realizados, tres banderas. La del Regimiento de Chiloé capturada en Chacabuco y dos banderas capturadas en Perú de origen desconocido.
Además envió a San Luis el estandarte de Dragones de Chile y a San Juan la Bandera de Talavera. Todas estas enseñas patrias, incluida la del Ejército de los Andes han sido objeto de descuidos, maltratos y robos.
El robo de la bandera del Ejército de los Andes
Tanto la insignia del Ejército de los Andes como las realistas se exhibieron durante la primera mitad del siglo XIX en la Iglesia Matriz y la de San Francisco, ambas ubicadas en Mendoza. De allí desaparecieron en varias oportunidades.
La primera vez que se perdieron fue luego del terremoto de 1861, pero fueron encontradas al poco tiempo. Posteriormente, las robaron durante la “revolución de los Colorados” en 1866 y recién se recuperaron en 1872.
¿Cómo se recuperó?
En 1872, Arístides Villanueva era gobernador y Daniel Videla Correas su ministro de Hacienda. Ante ellos se presentó Elías Godoy Palma, el sobrino de Tomás Godoy Cruz, y se ofreció a rescatar las banderas españolas junto con la de los Andes, que también había desaparecido.
Algunas versiones cuentan que Godoy Palma, en sus continuos viajes a Chile, entabló relación con la familia de un español cuyo nombre se desconoce y que aparentemente vivía en el Cajón del Maipo. Godoy Palma se alojaba en esa casa siempre que pasaba por ahí, y un día notó que el colchón de la cama contenía algo extraño. Revisó y descubrió que esas irregularidades se debían al confalón del Ejército de los Andes y a las españolas, que estaban ocultas allí dentro. Godoy Palma las pidió, pero se las negaron.
De regreso a Mendoza, Elías Godoy Palma solicitó al gobierno 300 pesos para los gastos de recuperación de las enseñas. Luego partió a Chile junto con el peón Basilio Chaves. Ya en la casa de la familia española, cuando estaban en la mesa jugando al truco, le pidió a Basilio que tocara la guitarra. Entre baile y baile, se hicieron las dos de la madrugada y fue entonces cuando Godoy Palma recuperó las banderas ocultas en el colchón.
Otra versión de la desaparición y la recuperación de la bandera
No obstante, en la posterioridad, se cuestionó el relato de Godoy Palma. Existe una versión que sostiene que quien tenía los estandartes desaparecidos era, en realidad, el portero de la Casa de Gobierno, un tal Gregorio Palomino. Aparentemente Palomino fue quien se las habría dado a Godoy Palma a cambio de los 300 pesos.
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