Sarmiento había combatido a Rosas con la palabra mientras vivía en Chile a través del libro “Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas” (1845), pero luego lo hizo con las armas al sumarse en 1852 al Ejército de Urquiza que derrotó al gobernador en Caseros. En ese ejército Sarmiento redactaba los boletines y con esa tropa entró por primera vez a Buenos Aires. Sin embargo, al poco tiempo el sanjuanino se enemistó con Urquiza y lo llamó “tirano”, porque estaba convencido de que era una copia de Juan Manuel de Rosas, así que se fue otra vez a Chile.
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Sarmiento y la educación
Una vez en Chile, Sarmiento publicó la primera entrega de su libro “Campaña en el Ejército Grande” (1852), donde contó su experiencia en la tropa de Urquiza y criticó al entrerriano. En 1855 volvió a Buenos Aires y se dedicó a educar. Su amigo Bartolomé Mitre lo nombró al frente del “Departamento de Escuelas” de la ciudad, cargo desde el cual mandó a construir los dos primeros edificios destinados a la educación. Además publicó “La Educación Común en el Estado de Buenos Aires” y los “Anales de la Educación Común”. En la gran ciudad conoció a Juana Manso, quien se convirtió en su principal colaboradora.
Sarmiento gobernador
La provincia que lo vio nacer, San Juan, lo tuvo de gobernador en 1862. Introdujo una imprenta desde Chile, quitó a la Iglesia la propiedad de sus bienes para destinarlos a la obra pública y educativa y reorganizó el aparato administrativo de la provincia.