En los últimos años ha sido noticia el aumento considerable de la temperatura a nivel mundial. Las temperaturas cálidas del verano se extienden durante más tiempo, y el invierno no es tan frío como solía serlo.
De hecho, hace dos días China registró el día más caluroso en su historia: en Xinjiang, una estación meteorológica en el pueblo de Sanbao, la temperatura del suelo alcanzó los 80°C. No obstante, esta no fue la primera vez que se registraron números tan extremas sobre la Tierra.
El día más frío sobre la Tierra
El 21 de julio de 1983, en Vostok, una base de investigación rusa en la Antártida, el frió alcanzó los 89.2°C. Dicha estación se inauguró en 1957, a 1.300 kilómetros del polo sur geográfico, sobre un monte a casi 3.500 metros de altura.
A su vez, esta base se encuentra bajo una capa de nieve de dos metros y a su entrada principal se accede a través de un túnel de 50 metros.
Las condiciones climáticas en esas coordenadas del planeta siempre son muy crudas, tanto es así que generalmente oscilan entre los -60º y -80º bajo cero. Un dato curioso sobre esta elevada altura es que el aire es extremadamente puro y, de no estar lo suficientemente preparado, puede llegar a generar un edema pulmonar y provocar la muerte de la persona a los pocos días.
La temperatura tan baja no es el único problema que hay en esta zona. Otra situación compleja la gran exposición a la radiación y los rayos ultravioletas. Esto sucede porque en esa ubicación, la capa de ozono tiene un agujero, por lo que no existe ese filtro que regula el impacto sobre la superficie terrestre.
Además, cuando se habla a -58 grados centígrados, puede que algunas letras consonantes adopten un sonido con un ligero silbido. Esto se debe a que el dióxido de carbono exhalado se cristaliza como consecuencia de la baja temperatura.