Crianza 2.0: ¿Cómo enfrentar situaciones de grooming y violencia digital? - Billiken
 

Crianza 2.0: ¿Cómo enfrentar situaciones de grooming y violencia digital?

Violencia digital
Crianza 2.0 es una serie de entrevistas de Billiken que, a través de la voz de profesionales, busca echar luz sobre algunos de los temas que más preocupan a familias y docentes. En esta ocasión, hablamos con Lucía Fainboim, investigadora del cruce entre cultura, educación y tecnología, con el objetivo de impulsar un uso más saludable de las plataformas digitales. Actualmente, es directora de Bienestar Digital, una consultora desde donde implementa proyectos para fomentar los derechos de las personas en internet.

Lucía Fainboim trabaja hace 15 años con temas vinculados a los derechos de los chicos y las chicas en internet. Es directora de la consultora Bienestar Digital, desde donde promueve usos responsables, saludables, pero también positivos de los entornos digitales. En este episodio de Crianza 2.0, hablamos con ella sobre grooming y violencia digital.

¿Qué es la violencia digital?

"La violencia digital en realidad es violencia. Me parece interesante pensar que hoy tenemos diferentes territorios que usamos, que transitamos, que vivimos. Uno es el territorio digital, donde algunas violencias históricas toman un tinte específico a partir de ciertas características de estos entornos, como puede ser el anonimato, la distancia física, la ausencia del cuerpo, la dificultad para generar empatía, la perdurabilidad del contenido y la posibilidad de que eso se difunda. Entonces, son violencias que conocemos en la mayoría, pero que toman algunas características a veces más intensas", explica Fainboim.

¿Qué es el grooming?

El grooming es un tipo de abuso a la integridad sexual de niños, niñas y adolescentes en entornos digitales. Para que pueda ser considerado grooming, tiene que haber una persona mayor de edad que esté comunicándose con un menor, con un fin de cometer un abuso a su integridad sexual. "Está bueno aclarar que en Argentina es un delito penal" —aclara y continúa— "Hay un mito muy común en torno al grooming, que es suponer que este groomer va siempre a activar esta comunicación a partir de un perfil falso y esto no es así. Hay un montón de casos de abusadores que son personas cercanas a los niños, que ellos conocen porque son parte de su familia, de contextos escolares o clubes. Se encuentran en internet, en algunas plataformas de chats, que es una forma mucho más privada y solitaria de comunicarse con ellos".

Lucía Fainboim, especialista en crianza digital. Crianza 2.0 - Violencia digital y grooming

Fainboim destaca que hay que entender que los casos de grooming reproducen todo lo que ya se conoce sobre abuso sexual infantil y que los groomers no se muestran a la primera como alguien amenazante, sino que se muestran como personas cancheras, cómplices, que los entienden. Empiezan a establecer un vínculo de complicidad, de cercanía, de amistad, hasta que en algún momento le piden algo: fotos, información... A veces, después los extorsionan o los amenazan. "Es superangustiante, y creo que que una idea poderosa es entender que cuando estas cosas pasan en internet, no son menos reales o menos graves. Un niño que sufre grooming, es un niño que está sufriendo mucho".

Además, la directora de Bienestar Digital alerta sobre que a veces los adultos desestiman la situación. Piensan que "no pásó nada" y que aquello que sucede en internet no es tan grave o es menos real. "Pasó un montón. Pasó en internet y eso es de verdad", explica.

¿Cuáles son las principales problemáticas sociales que se potencian a través del contexto virtual?

"Las familias conocen a sus hijos y a sus hijas como nadie. Hay que prestar atención a sus comportamientos: cambia la actitud, mayor necesidad de estar solos, tristeza, pocas ganas de hacer las cosas que antes lo motivaban, dificultades en la escuela... El gran desafío hoy es incluir en las hipótesis de que puede haber un problema en el ámbito digital", cuenta Fainboim.

La mayoría de los chicos y las chicas no pedirían ayuda a sus familias ante una situación de violencia digital. Al indagarse el por qué, el 100% de las respuestas fueron en torno de la falta de empatía de las personas adultas. Según la directora de Bienestar Digital, hay que entender que lo que le pasa a ellos no es digital, es vincular. Está sucediendo en un territorio digital, que son los espacios donde comparten e interactuan con otros y por eso es relevante.

"Ellos tienen que entender que no somos iguales que ellos, pero que validamos lo que les pasa y no los vamos a culpabilizar. Como adultos, hay que frenar ese impulso que a veces tenemos, a hacer preguntas que los hacen sentir responsables. Eso hace que la próxima vez no nos vayan a pedir ayuda", señala.

¿Cuáles son los indicios a los que un padre debe estar atento para saber si su hijo está sufriendo violencia digital?

La especialista cuenta que las problemáticas que se están potenciando son variadas. Lo que se ve mucho en las escuelas es el aumento del hostigamiento y mucha intolerancia: casos de cyberbullying, de escraches, donde a los chicos en temprana edad les cuesta mucho dimensionar que del otro lado de la pantalla hay una persona.

"Hay muchas personas y muchos chicos que ya se dieron cuenta de que hay cierta lógica de las plataformas que premia la polarización y la intolerancia. A veces son violentos únicamente para tener más visibilidad".

Señala que también hay algunas situaciones de violencias que tienen que ver con razones de género y con discursos de odio que están yendo en contra de muchos derechos como la libertad de expresión y cuestiones relacionadas a la representatividad. "Eso también preocupa y angustia mucho", reflexiona.

¿Qué es el sharenting?

El sharing es una palabra nueva que une dos términos en inglés: compartir y crianza. Cada vez más los chicos que empiezan a entender sus derechos digitales y cuestionan a las familias que comparten compulsivamente en internet sus imágenes y su información. "Los chicos tienen tienen derecho a cuidar su identidad y a la privacidad. Hay una actitud modélica que habría que tomar desde la primera infancia, que es pedirles permiso a los chicos para tomarles fotos", explica Fainboim.

Además, dice que esa es una de las conductas de los adultos que podrían ayudar a prevenir el grooming. Si desde la primera infancia se tiene noción de que se les va a pedir permiso para tomarles una foto y se les explica dónde se va a publicar, es muy probable que si alguien les empieza a exigir imágenes "les haga más ruido" porque dejamos una huella de que hay un respeto por su consentimiento.

¿Cómo trabajar estas situaciones en la escuela?

Fainboim destaca que los docentes "están supercancheros en darse cuenta cuando hay un conflicto", pero que tienen un nuevo gran impedimento: no ven en dónde está sucediendo. "Están a ciegas. Ven que está pasando algo, su experiencia les hace dar cuenta de que hay una tensión, pero en el aula no pasa nada porque se da en el territorio que es el digital. Hay un gran desafío para la escuela, que tiene que trabajar en tres líneas-.

  • Prevención,
  • Abordaje,
  • Acompañamiento.

"En la prevención tiene que darle nombre y apellido a estas violencias. Hay que trabajar en que los chicos no sientan que estamos menospreciando lo que pueda pasar, y que que logren empatizar con lo que está sucediendo. Tienen que saber que hay un montón de formas de ser cómplice y formas de cortar el efecto dominó de las violencias digitales. Hay que empezar a educarlos en valores en internet. Lo que hacemos en internet habla de nosotros como personas, hay que hacernos cargo para bien y para mal", reflexiona la especialista.

Sugiere que en el ámbito escolar, cuando hay una situación, abordarla desde la grupalidad, con la responsabilidad que eso conlleva. Después, trabajar en el post: ayudarlos a tramitarlo, a hablarlo, a ponerle palabras, a reparar, a darle contexto y acompañar a todas las personas que participaron.

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Fainboim se sorprendió mucho este último año en particular, porque notó que para los chicos la escuela es un lugar mucho más seguro que su casa, a la hora de hablar de tensiones digitales de cualquier tipo. "Lo ven como un espacio con más reglas y acompañamiento. Creo que los docentes, así como cualquier adulto, tiene el desafío y la invitación a empezar a hablar cotidianamente de internet". También explica que es clave no esperar a que haya un problema para trabajar estos temas en clase: "Estaría bueno que se puedan hacer proyectos durante todo el año donde se pongan palabras y se contextualice y se de el lugar para frenar con la vorágine de internet y analizar la violencia digital que se puede estar atravesando".

Por último, la especialista mencionó algunas estrategias que se pueden desarrollar en las escuelas: "Me parece importante para las escuelas puedan prepararse para algunas situaciones y evitar que los tomen de sorpresa. Desde la equipo directivo y de orientación escolar, se puede empezar a practicar qué se puede hacer ante esta situación, simulacros, ensayar preguntas posibles, desestimar otras, protocolos breves, simples, pero que les den un rumbo a seguir".

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Producción: Lucía Jauzat y Euhen Matarozzo.

Filmmakers: Rocío Bustos y Martina Cretella.

Edición: Rocío Bustos, Martina Cretella y Candela Petech.

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