Hacer listas para el supermercado y poner la mesa puede mejorar el vocabulario y las ganas de aprender en los niños - Billiken
 

Hacer listas para el supermercado y poner la mesa puede mejorar el vocabulario y las ganas de aprender en los niños

La psicóloga Diana Leyva, profesora asociada en la Universidad de Pittsburgh, estudió el fenómeno y llegó a interesantes conclusiones.

Generalmente pensamos que la lectura, la escritura y las matemáticas son habilidades que se aprenden en la escuela. Pero como psicóloga que investiga cómo las familias apoyan el aprendizaje de los niños en la casa, he encontrado que los niños también pueden aprender estas habilidades a través de las tareas domésticas. Una de estas tareas es preparar la comida, desde ir al mercado y cocinar, hasta poner la mesa y disfrutar la comida.

Nuestra investigación muestra que este es el caso de las familias latinas viviendo en Estados Unidos. Aunque algunas de estas familias son nuevas en los sistemas de educación de EEUU, para ellas es importante comer diariamente en familia.

Nuestro estudio incluyó 248 padres de familia latinos y sus hijos de 5 a 6 años. Algunos padres de familia recibieron una serie de consejos – descritos abajo – para apoyar el lenguaje, la lectura y escritura y las matemáticas en la casa mientras seleccionan, preparan y comen los alimentos. Se les pidió a los padres que siguieran estos consejos por un período mínimo de un mes. Otros padres de familia no recibieron estos consejos.

Se encontró que los niños cuyos padres recibieron estos consejos mostraron un vocabulario más amplio y mayor motivación para aprender un mes después de seguir estos consejos e incluso cinco meses después. Estos niños también mostraron ser mejores contando historias, controlando su comportamiento y prestando más atención, comparado con los niños cuyos padres no recibieron estos consejos.

A los padres, particularmente aquellos que viven ocupados, les gustó mucho estos consejos porque eran fáciles de seguir y porque se adaptaban a sus horarios y no requerían trabajo extra o materiales especiales.

1. Haga listas de mercado

Los padres pueden pedirles a sus hijos que escriban la lista de mercado antes de ir a comprar los alimentos. Los niños mayores pueden usar letras y números en su lista -– por ejemplo, “2 cajas de cereales, 10 bananos,” y los niños menores pueden dibujar los alimentos que los padres van a comprar o usar una combinación de letras, números y dibujos.

Un estudio realizado en el 2017 mostró que cuanto más los padres dejen que sus hijos escriban y lean las letras y los números por sí mismos mientras hacen listas de mercado, mejor las habilidades de lectura y matemáticas más tarde.

Una vez que hayan regresado del mercado, los padres pueden pedirles a los niños usar la lista de mercado para revisar que los padres compraron todo. Esta es una excelente manera para que los niños practiquen la escritura, la lectura y la matemática.

2. Cocinar y poner la mesa

Reunir y mezclar los ingredientes para cocinar o poner la mesa son oportunidades para que los niños practiquen las matemáticas de manera divertida y familiar. Hemos encontrado que practicar las matemáticas con los niños durante las tareas domésticas puede incrementar la motivación de los niños para aprender las matemáticas.

Haga a su niño preguntas como: “Puedes agarrar cinco manzanas del refrigerador?,” “Si agregamos 4 tazas de leche más una – cuántas tazas son en total?,” y “Cuántos platos y tenedores necesitamos hoy?”

3. Cuente historias a la hora de comer

Los padres pueden usar la hora de comer para animar a sus niños a contar historias sobre su día. Contar historias sobre eventos pasados y futuros es una excelente manera de construir las habilidades necesarias para la lectura, tales como el vocabulario y la comprensión de historias.

Para que los niños hablen, los padres deben usar muchas preguntas que hagan que los niños se detengan a pensar en la respuesta, en vez de simplemente responder con un “si” o un “no.” Por ejemplo: “Quién vino contigo a la fiesta?,” “A dónde fuiste con tu abuela?,” y “Por qué estabas asustado?”

Hablar sobre temas que al niño le interesa también ayuda a que los niños hablen más. Para que el niño continúe interesado en la conversación, los padres pueden hacer preguntas tales como “y después, qué pasó?” Los padres también pueden repetir lo que el niño dice. Por ejemplo, si el niño dice “fuimos al parque,” los padres pueden responder “sí, fuimos al parque” y usar frases como “aja,” “oh,” “no sabía eso” y “verdad?” para que la conversación fluya.

4. Use el idioma que le quede más cómodo

Los padres deben sentirse libres de hablar en el idioma que les quede más cómodo. Muchos padres pueden sentirse presionados a hablar en otro idioma – como el inglés – en la casa porque es el idioma que los niños usan en la escuela.

Sin embargo, cuando los padres de familia hablan en el idioma que es más familiar para ellos, tienen más posibilidades de expresar sus pensamientos y sentimientos, y al mismo tiempo están preservando su cultura. Hablar en el idioma nativo en casa no es negativo para el aprendizaje del niño. Cuando los niños tienen buenos cimientos en un idioma – como el español – ellos pueden usar ese conocimiento como base para aprender un segundo idioma.

Nuestra investigación está basada principalmente en familias latinas, para quienes sentarse a comer en familia es importante. Las familias latinas tienden a comer juntas más frecuentemente que otras familias. También tienden a cocinar en casa e involucrar los niños en tareas domésticas más frecuentemente.

Sin embargo, estos consejos sirven para todas las familias que cocinan, comen y compran comida juntos de manera regular. Y pueden ayudar a los padres de familia que viven ocupados a apoyar a sus niños pequeños con el aprendizaje sin que sea una carga o un gasto adicional.

(artículo publicado originalmente en The Conversation)

The Conversation

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