En el corazón de Milán, en Italia, se alza uno de los templos religiosos más emblemáticos de Europa: la Catedral de Milán, conocida también como el Duomo di Milano. Su imponente arquitectura gótica, las 135 agujas que coronan su estructura y las más de 3.400 estatuas que la decoran hacen de esta construcción una de las más fotografiadas y visitadas del mundo.
Sin embargo, lo que muchos desconocen es que bajo sus cimientos se esconde un mundo antiguo, lleno de historia, misterio y restos de civilizaciones que habitaron la región siglos antes de la construcción del templo.
Datos clave
- Inicio de construcción: 1386
- Estilo arquitectónico: Gótico flamígero
- Elementos ocultos: Basílica de Santa Tecla, criptas, mosaicos paleocristianos
Secretos enterrados bajo la Catedral de Milán
Debajo del altar mayor del Duomo se encuentran los restos de una iglesia paleocristiana llamada Basílica de Santa Tecla, construida en el siglo IV. Junto a ella, también se descubrieron vestigios de la Basílica de Santa María Mayor, otro templo primitivo que existió antes del comienzo de las obras del actual edificio en 1386.

Ambas estructuras están abiertas al público y se pueden visitar a través de recorridos guiados, donde se pueden observar mosaicos originales, columnas y restos de muros que narran una historia de fe y arquitectura a través del tiempo.
Además, se encontraron criptas, altares subterráneos y reliquias sagradas que formaban parte de rituales y tradiciones religiosas de épocas pasadas. Estos elementos hacen del subsuelo del Duomo un sitio arqueológico de gran valor histórico.
La Catedral de Milán: una joya gótica
La construcción de la Catedral de Milán se inició en el año 1386, por orden del arzobispo Antonio da Saluzzo, y se extendió durante más de cinco siglos. Es la tercera iglesia cristiana más grande del mundo, después de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, y la Catedral de Sevilla, en España.
El edificio fue erigido en estilo gótico flamígero, con materiales como mármol de Candoglia, y su fachada fue completada recién en el siglo XIX. En su punto más alto se encuentra la famosa estatua dorada de la Madonnina, símbolo de la ciudad de Milán.

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